Un proyecto renovado de sociología global*
Geoffrey Pleyers**
*El presente texto se origina en el discurso del nuevo presidente de la Asociación Internacional de Sociología, presentado en el XX Congreso Mundial de Sociología, en Melbourne, el 1 de julio de 2023. Es una traducción ampliada de una primera versión al inglés en el Global Dialogue 13 (3), octubre de 2023.
**Profesor fnrs en la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica. Doctor en Sociología por la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales (ehess, París). Presidente de la Asociación Internacional de Sociología (ISA), 2023-2027. Temas de especialización: movimientos sociales, democracia, América Latina, sociología global. orcid: 0000-0001-9949-5047.
El gran reto de nuestro tiempo es el surgimiento gradual de una conciencia global que nos permita afrontar juntos los retos comunes del siglo XXI, empezando por el calentamiento global, la catástrofe ecológica, las desigualdades y las amenazas a la democracia. Si nosotros, como sociólogas y sociólogos, estamos a la altura de la tarea, la sociología contribuirá a esta conciencia planetaria y a la resolución de los retos de este siglo.
Si la sociología pretende comprender las transformaciones de nuestro mundo, nuestra disciplina también se ve afectada y transformada por ellas. Esto es particularmente cierto en el caso del proyecto de una sociología global, que necesita ser revisado a la luz de las transformaciones que nuestro mundo y las ciencias sociales han experimentado en las últimas décadas.
“Sociología para un solo mundo” (Archer, 1991) fue el tema del Congreso Mundial de Sociología en 1990. Por aquel entonces, la globalización ya era un tema central de la sociología. Más de tres décadas después, nuestro mundo se ha vuelto aún más “global”. Sin embargo, la realidad y nuestra visión del mundo, de la globalización y de la sociología han cambiado en el trascurso de estas décadas. En esta breve alocución mencionaré cuatro de estas transformaciones que hacen necesario repensar el proyecto de una sociología global.
1. Nueva conectividad gracias a la comunicación digital
Uno de los cambios más espectaculares desde los años noventa ha sido el uso masivo de las “nuevas” tecnologías de la información y la comunicación. Internet y el cibermundo recién surgieron en el trascurso de los años noventa, pero sociólogos como Manuel Castells (1996) ya analizaron la nueva conectividad como un elemento fundamental de una era de intensificación de la globalización. Hoy en día, las redes sociales y las tecnologías digitales forman parte integrante de la vida de casi todos los habitantes del planeta. Cambiaron profundamente nuestra forma de comunicarnos, informarnos y convivir. Han transformado la esfera pública, tanto en los países democráticos como en los regímenes iliberales y autoritarios.
La comunicación digital proporcionó retos y oportunidades a la sociología global. Las comunicaciones digitales permitieron visibilizar los análisis de sociólogas y sociólogos de diferentes partes del mundo y de distintos orígenes sociales, que raras veces tenían acceso a las publicaciones académicas de difusión internacional. Las reuniones virtuales se multiplicaron durante la pandemia y transformaron nuestra forma de trabajar a nivel local e internacional. La Asociación Internacional de Sociología [ISA por sus siglas en inglés] organizó el primer gran congreso internacional de ciencias sociales en línea en febrero de 2021, durante la pandemia, reuniendo a más de 3 500 investigadores. Hoy, las redes sociales de la ISA contribuyen cada día a construir esta comunidad internacional de sociólogas y sociólogos.
2. Un planeta limitado
La catástrofe climática y la creciente conciencia ecológica han cambiado radicalmente el significado y la experiencia de nuestra globalidad. En los años noventa, la “globalización” se refería a la expansión del modelo occidental de mercado y democracia formal en un mundo reunificado tras la Guerra Fría. Hoy, las cuestiones centrales de la sociología global no se enfocan en una expansión, sino al contrario, en los límites del planeta. El cambio climático y la destrucción de la naturaleza están reconfigurando la sociología global y la vida en este planeta. ¿Cómo podemos vivir juntos en un planeta limitado? es probablemente la pregunta más importante a la que se enfrenta la sociología en el siglo XXI. La ecología y nuestras relaciones con la naturaleza son mucho más que objetos particulares en la sociología: abarcan todos nuestros objetos y campos de investigación y se han convertido en una cuestión central para las ciencias humanas y el conjunto de las ciencias. Es una transformación profunda para la sociología, una ciencia social que nació en la era industrial del proyecto modernizador. Este será un tema central para la ISA en los próximos cuatro años.
3. El auge del autoritarismo en lugar de la expansión
de la democracia
En la década de los años noventa, la mayoría de los intelectuales, responsables políticos y actores de la sociedad civil compartían la convicción, o al menos la esperanza, de que la intensificación de la globalización y la interconexión que permitía Internet implicaría la expansión de la democracia y el respeto de los derechos humanos en todos los países del planeta.
Un cuarto de siglo después, el tema elegido por Sari Hanafi para el XX Congreso Mundial de Sociología en 2023 fue “El autoritarismo resurgente”. Las esperanzas de nuevas olas de democratización que habían surgido con la Primavera Árabe se desvanecieron. Los regímenes autoritarios se han fortalecido en todos los continentes. Han aprendido a hacer un uso eficaz de las redes sociales y las tecnologías de la comunicación para controlar a sus poblaciones, dirigir las elecciones en otros países y proyectar sus narrativas y su modelo de gobierno a escala mundial.
Los sociólogos y los científicos sociales han dedicado muchos estudios a los regímenes autoritarios y a los actores que amenazan la democracia. Muy a menudo, ellos amenazan también a los sociólogos y las sociólogas. La libertad de investigación se ha puesto en peligro en muchos países, ya sea por el aumento del control del Estado o por amenazas de actores de extrema derecha o de cárteles. En nuestros tiempos, una sociología global requiere especial atención y apoyo a los sociólogos que se enfrentan a amenazas en el curso de sus investigaciones. El 25 de enero de 2016, Giulio Regeni, un joven sociólogo italiano y miembro del Comité 47 “Movimientos Sociales” de la ISA, fue detenido, torturado y asesinado por la policía egipcia mientras realizaba una investigación sobre sindicatos independientes en El Cairo (Tondo, 2024). El Foro Mundial de Sociología de la ISA en 2021 inició con un homenaje a Marielle Franco, socióloga, política local y activista contra la violencia policial, asesinada en Río de Janeiro el 14 de marzo de 2018. Una de las contribuciones más perspicaces de este mismo Foro fue escrita en la prisión de Ankara por Cihan Erdal, estudiante de doctorado de la Universidad de Carleton, que fue detenido mientras realizaba un trabajo de campo en Estambul.
4. El ascenso del Sur global
En la década de los años noventa, la globalización se asociaba con la occidentalización del mundo, la expansión de la economía de mercado, la cultura, el modo de vida y la visión del mundo occidentales (Barber, 1995). En el siglo XXI, la globalización se refiere antes que nada al ascenso de actores y países de distintas partes del mundo. China no aparecía como un actor importante en el proceso de globalización y fue apenas en 2001 que el gigante asiático se integró a la Organización Mundial del Comercio. Hoy se habla cada día del rol de Brasil, la India o China como actores económicos y geopolíticos. El fenómeno está claro en el sector cultural, un ámbito en el cual países como Corea del Sur, la India y, de manera creciente, varios países africanos (Walsh, 2023) tienen un alcance global.
El creciente impacto de actores y autores del Sur como productores de conocimiento es muy significativo y pocas disciplinas se han visto tan afectadas por el ascenso del Sur Global como la sociología. La profundización de los vínculos y los diálogos entre sociólogos de distintos continentes, la mayor difusión de trabajos innovadores de investigadores del Sur y las nuevas perspectivas sobre la historia y la geografía de nuestra disciplina han transformado lo que entendemos por “sociología global”. En la década de los años noventa, la literatura sobre sociología global estaba totalmente dominada por investigadores occidentales. Eran pocos los conceptos y enfoques analíticos del Sur que lograron integrarse en la sociología global. En muchos casos, se consideraba que las regiones del Sur del planeta eran lugares de investigación empírica que se alimentaba con teorías y conceptos del Norte.
Hoy en día, el núcleo de la sociología global reside en la creciente visibilidad de las contribuciones de investigadores y actores del Sur del planeta y en el cuestionamiento de la hegemonía del conocimiento occidental “eurocéntrico”. Las teorías, conceptos y análisis de investigadores y actores del Sur nos han ayudado a comprender los retos que enfrentan las sociedades tanto en el Sur como en el Norte del planeta. Han transformado nuestra forma de ver conceptos cruciales como modernidad (Dussel, 1992) o la transición ecológica (Lang, Bringel y Manahan, 2024). Nos enseñaron otras maneras de relacionarnos con la naturaleza, con el mundo y con nosotros mismos.
¿Renunciar a las perspectivas universales?
En el siglo XXI, la sociología global no puede seguir arraigada en las universidades y cánones occidentales que se han presentado como universales, ni limitarse a una crítica de esta sociología occidental.
Al contrario de lo que afirman algunos de sus detractores, las perspectivas decoloniales, subalternas o poscoloniales no centran sus propuestas epistémicas en negar las aportaciones de la “sociología occidental”. Más bien afirman que, como ocurre con el conocimiento producido en cualquier otra parte del mundo, la sociología europea y norteamericana debe situarse en su tiempo y lugar, cuestionar algunas de sus pretensiones de universalismo y abrirse a un renovado diálogo global con los conceptos, cosmovisiones y teorías del Sur Global (Grosfoguel, 2011). Como lo explicó Aimé Césaire: “Nunca hemos considerado nuestra especificidad como lo contrario o la antítesis de la universalidad... Queremos tener raíces y al mismo tiempo comunicarnos... Creo en la importancia del intercambio, y el intercambio sólo puede tener lugar sobre la base del respeto mutuo” (Césaire y Thebia Melsan, 2008). Las perspectivas decoloniales, poscoloniales y subalternas nos invitan a situar las teorías sociales y a revisar algunos de los conceptos claves de nuestra disciplina en un diálogo con realidades y saberes arraigados en diferentes partes del mundo. Abrir espacios de diálogo entre investigadores y perspectivas de diferentes continentes, así como promover una mayor inclusión de epistemologías e investigadores del Sur y de minorías oprimidas, ha sido uno de los principales objetivos de la ISA desde su fundación, y más aún desde los años noventa y los proyectos desarrollados por Immanuel Wallerstein (1996). Incluir sociólogos, investigaciones, análisis y teorías de todos los continentes no tiene sólo como propósito democratizar la sociología. Es también la manera más eficaz y estimulante de mejorar nuestra comprensión de las realidades y de los actores sociales en el siglo XXI. Por lo tanto, se requiere mucho más que aumentar el número de miembros del Sur Global en la ISA o de autores del Sur Global en las revistas de sociología. Debemos fomentar una participación activa en todos los ámbitos de la sociología y su plena implicación en los debates académicos y públicos que cruzan nuestra disciplina y nuestras sociedades. Se requiere también fortalecer las asociaciones de sociología a nivel nacional y regional en todas las regiones del Sur Global y abrir espacios para visibilizar sus contribuciones a nivel global.
Apertura a los demás y el cuidado en la sociología global
La sociología global no es sólo un proyecto teórico, un conjunto de debates epistemológicos y algunos retos metodológicos (Pleyers, 2023, 2024). Es también una postura a la vez sociológica, cultural y personal. Inicia con una apertura hacia perspectivas que consideran diferentes visiones del mundo, enraizadas en diferentes culturas, orígenes sociales y cosmovisiones. Se basa en la aceptación del riesgo (y la esperanza) de perder algunas de sus certezas y de aprender del encuentro con el otro. Se nutre del compromiso (y del placer) de leer y dialogar con personas de distintos orígenes, y de la apertura mental necesaria para pensar nuestros temas de investigación desde distintos puntos de vista, meditar y cuestionar nuestra posicionalidad en este mundo (Haraway, 1988; Rivera Cusicanqui, 2018), y de repente nos hace avanzar como investigador(a) y como persona.
La investigación y la teoría producidas a partir de distintas partes del mundo, los diálogos tolerantes entre enfoques y análisis situados y la voluntad de aprender unos de otros son componentes cruciales de una sociología global renovada. En esta perspectiva, es vital fomentar diálogos interculturales (Fornet-Betancourt, 2010) en los que podamos compartir nuestros resultados de investigación y perspectivas en un entorno acogedor, abierto a las diferencias y que promueva el diálogo de conocimientos y de saberes. Cumplir esta misión requiere algo más que intenciones, discursos y análisis. Practicar esta sociología global en un entorno internacional y multicultural requiere una “tolerancia activa” y prácticas de cuidado en nuestros espacios profesionales.
Hace unos meses, participé en el laboratorio de la ISA para investigadores en el doctorado organizado en Túnez. Una de las participantes llegó agotada tras un largo y estresante viaje desde Palestina. Durante la primera cena, tuvo un ataque de ansiedad después de haber sido interrogada en las distintas fronteras que tenía que cruzar. Dos o tres participantes la llevaron discretamente a otra mesa, la escucharon y la apoyaron. Al ver la situación, una joven investigadora tomó la iniciativa de reservar una habitación en un hotel cercano, cuidó a su compañera y se aseguró de que pasara una noche tranquila y recuperadora. A las nueve de la mañana, ambas estaban de vuelta con el grupo de jóvenes investigadores para la sesión inaugural del coloquio, listas para una semana de aprendizaje e intercambio con investigadores de todos los continentes. Esta iniciativa se tomó de manera tan amable y discreta que no me di cuenta aquella tarde. Sólo agrego, a la importancia de lo que nos enseñaron estas jóvenes investigadoras: la atención y el cuidado a los demás pasa por una solidaridad activa y prácticas concretas, que son elementos indispensables de la práctica de una sociología global. Tenemos que prestarles más atención a nuestros entornos profesionales, y en particular en la ISA.
Estas jóvenes investigadoras también nos enseñaron que la sociología global y la ISA no sólo ocurren en nuestras grandes reuniones y congresos. Se materializan en encuentros interculturales, intercambios entre sociólogos de diferentes continentes, en la apertura a perspectivas e investigaciones de diferentes partes del mundo, y en las prácticas de cuidado que nos permiten compartir experiencias y conocimientos en un entorno benevolente. Esto es aún más importante en una época marcada por el auge del autoritarismo, el nacionalismo, la desigualdad y la catástrofe ecológica. Construyamos juntos una sociología global renovada, empezando allí donde estamos activos como sociólogos, investigadores, profesores, ciudadanos y, sobre todo, como seres humanos.
La Asociación Internacional de Sociología reúne a 83 asociaciones nacionales (incluida la AFS) y 67 comités temáticos de investigación. El próximo Foro Mundial de Sociología se celebrará en Rabat (Marruecos) del 7 al 11 de julio de 2025. <www.isa-sociology.org>.
Referencias bibliográficas
Archer, Margareth (1991). “Sociology for one world: Unity and diversity”. International Sociology 6 (2): 131-147.
Barber, Benjamin (1995). Jihad vs. McWorld. Nueva York: Ballantine.
Castells, Manuel (1996-1998). The Age of Information. Cambridge: Blackwell.
Césaire, Aimé, y Annick Thebia Melsan (2008). “The liberating power of words: An interview with poet Aimé Césaire”. The Journal of Pan African Studies 2 (4).
Dussel, Enrique (1992) 1492:el encubrimiento del Otro. Hacia el origen del “mito de la Modernidad”. Lima: Plural.
Fornet-Betancourt, Raúl (2010). “Teoría y praxis de la filosofía intercultural”. Recerca 10: 13-34.
Grosfoguel, Ramón (2011). “Decolonizing post-colonial studies and paradigms of political-economy”. Transmodernity 1 (1). <doi: 10.5070/T411000004>.
Haraway, Donna (1988). “Situated knowledges: The science question in feminism and the privilege of partial perspective”. Feminist Studies 14 (3): 575-599.
Lang, Miriam, Breno Bringel y Mary Ann Manahan (coords). (2024). Más allá del colonialismo verde. Justicia global y geopolítica de las transiciones ecosociales. Buenos Aires: Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales.
Pleyers, Geoffrey (2023). “¿Sigue vigente el proyecto de sociología global después de la crítica decolonial?”. Mundos Plurales 10 (1): 197-204. <doi: 10.17141/mundosplurales.1.2023.5974>.
Pleyers, Geoffrey (2024). “For a global sociology of social movements”. Globalizations, 21 (1): 183-195. <doi: 10.1080/14747731.2023.2173866>.
Rivera Cusicanqui, Silvia (2018). Un mundo ch’ixi es posible. Buenos Aires: Tinta Limón.
Tondo, Lorenzo (2024). “New trial in Rome of four Egyptians accused over Giulio Regeni killing”. The Guardian, 20 de febrero. Disponible en <enlace>.
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Wallerstein, Immanuel (1996). Open the Social Science. Stanford: Stanford University Press.