Vicente Moctezuma (2021). El desvanecimiento de lo popular. Gentrificación en el Centro Histórico de la Ciudad de México. México: El Colegio de México, 386 pp.
Reseñado por:
Rodrigo Meneses Reyes
Centro de Investigación y Docencia Económicas
Estudios Jurídicos
Dentro de los debates contemporáneos de las ciencias sociales, existen dos elementos que parecen darse por sentado. Primero, que las relaciones sociales están espacializadas, es decir, son constitutivas de y se constituyen por formas específicas de ocupar un lugar en la tierra. Segundo, que las relaciones sociales se encuentran sujetas a y producen temporalidades específicas, es decir, un orden cronológicamente organizado de las experiencias subjetivas que ocurren en el espacio social y material. Así es que, una vez aceptado el hecho de que las relaciones sociales se encuentran íntimamente conectadas con los espacios y tiempos en que suceden, el reto para los científicos sociales ha sido hacernos cargo de estos argumentos en un mundo cada vez más complejo y cambiante. Es decir, estudiar la realidad social como un vestigio del pasado, una representación del presente y una posibilidad para imaginar un futuro más justo.
En el caso del trabajo de Vicente Moctezuma, El desvanecimiento de lo popular. Gentrificación en el Centro Histórico de la Ciudad de México, el novel autor no sólo prefigura un marco teórico-conceptual que toma la responsabilidad de contextualizar estos supuestos en la Ciudad de México (una zona metropolitana habitada por más de 20 millones de personas y fundada en el imaginario desde tiempos coloniales); también propone una narrativa que, desde el presente, observa los procesos de formación histórica (consolidación y declive) de algunos proyectos de Estado, espacialidades y subjetividades sociales, al mismo tiempo que, paulatinamente, se hace cargo de un hecho también intrínseco a la labor de investigar las relaciones sociales en el aquí y ahora: y es que, conforme pasamos meses o años realizando trabajo de campo, también esas narrativas que recolectamos del presente se convierten en testimonios del pasado.
Moctezuma ilustra los complejos constructos sociales a través de los que se vive la experiencia de habitar una ciudad desde la pobreza y la desposesión. Por un lado, el autor demuestra que la experiencia de habitar la ciudad no es una situación contingente, espontánea, azarosa, momentánea o carente de un orden; por el contrario, se trata de un cúmulo de experiencias que crece, se refuerza y reproduce en el día a día, en la medida en que transcurren las vidas de quienes habitamos las ciudades. Por otro lado, el autor muestra que, a lo largo de sus vidas, los habitantes pobres de las ciudades no sólo suelen permanecer en contextos de pobreza, sino que también trashuman a través de diferentes proyectos de Estado, subjetividades, burocracias, espacialidades y temporalidades que, continuamente, reorganizan, renegocian y resignifican su lugar en la ciudad, aunque siempre desplazándolos hacia los márgenes, las periferias, los límites del orden urbano.
Como puede intuirse, a través de la narrativa que nos ofrece Moctezuma, la metáfora del desplazamiento juega un papel fundamental, pues no se trata únicamente de una forma de referirse a los procesos de expulsión de ciertas poblaciones pobres de los espacios que habitan en el centro hacia las periferias de la ciudad; también significa un locus desde donde mirar los efectos que tiene el paso del tiempo —con sus propias racionalidades políticas, económicas, culturales y subjetivas acumuladas a lo largo de poco más de medio siglo comprendido en el estudio— sobre el espacio —entendido como un territorio tanto históricamente formado como permanentemente cambiante. Es decir, para Moctezuma, el desplazamiento no ocurre únicamente cuando se expulsan las corporeidades populares de un espacio determinado; también tiene lugar, por ejemplo, cuando se restringen las posibilidades de usos y prácticas del espacio o cuando los significados por los que un grupo se identifica con un lugar son minados.
El trabajo que presenta Moctezuma se despliega a través de cuatro secciones, cada una de las cuales puede ser leída de manera independiente o complementaria. Se trata de cuatro momentos que, desde una perspectiva espacializada, constituyen una narrativa “en movimiento”, es decir, una historia sobre las trayectorias de determinados sujetos sociales a lo largo del tiempo y sobre un mismo territorio. En la primera sección, Moctezuma presenta una narrativa en torno a los orígenes del arraigo de lo popular en el Centro Histórico, y los intentos por desarticular estos vínculos. En esta narrativa, las conexiones densas y profundas entre algunos habitantes y sus espacios de vida son evidenciados a través de sus trayectorias de llegada y sus experiencias de permanencia.
Siguiendo este orden secuencial, en la segunda sección el autor construye una narrativa a partir de las experiencias de los excluidos y desplazados del centro. En particular, la historia se centra en dos espacios distintivos de renovación urbana: el corredor Regina (pasando de sus usos misceláneos, aunque populares, a la vida nocturna que hoy lo ocupa) y La Merced (con sus usos comerciales y laborales imposibles, hasta ahora, de desmontar).
La tercera sección se centra, justamente, en el proceso de redistribución y reorganización del comercio callejero en el centro de la Ciudad de México. Aquí, la historia toma como parteaguas el año de 2007 y muestra cómo cambiaron las cosas a partir de entonces y cómo se miran desde un pasado reciente, añorado, pero también plagado de intentos gubernamentales similares.
En la última sección, Moctezuma se aventura a leer las diferentes maneras a través de las que cada uno de estos procesos contribuyó a resignificar tanto los usos como el significado del centro de la ciudad. También nos muestra quiénes fueron los desplazados de este proceso y cómo se reconfiguró el lugar de las clases populares en esta nueva organización social de tiempos y espacios a través de los que la vida urbana es posible.
Por todo lo anterior, el libro de Vicente Moctezuma merece ser leído por aquellas personas interesadas en comprender la densa red de relaciones y vínculos entre el Estado y la población que subyacen en la experiencia de habitar la ciudad desde la pobreza. El trabajo de Moctezuma sintetiza, con una narrativa fluida, muchos de los cambios que ha experimentado el centro de la ciudad en lo que va de este siglo. Pero también representa un testimonio de que, a pesar del capital y el poder gubernamental, los sectores populares continúan usando las calles y habitando diariamente el centro de la Ciudad de México. Se trata, en resumen, de una narrativa que muestra nítida y expertamente los procesos a través de los que se construye y perpetúa la precariedad urbana, una historia que demuestra el papel activo del Estado en la producción y reproducción de la pobreza urbana y el significado vívido y material que representa la experiencia de ser desplazado continuamente entre los laberintos y formaciones espaciales diseñadas para gestionar la pobreza en las ciudades.