In memoriam. Mercedes González de la Rocha
Orlandina de Oliveira*
El Colegio de México
*Temas de especialización: desigualdades sociales, familia, trabajo, género y jóvenes. orcid: 0000-0001-6882-4346.
Mercedes González de la Rocha, destacada antropóloga social, nació el 19 de octubre de 1954 en la Ciudad de México, aunque siempre se consideró norteña en virtud de que sus padres y hermanos eran originarios de esa región del país. Su niñez transcurrió en la Ciudad de México; su adolescencia y parte de su juventud, en la ciudad de Monterrey. Ingresó a la carrera de Sociología en la universidad de la capital regiomontana, pero al cabo de un año la familia regresó a la Ciudad de México como consecuencia del traslado laboral del padre. Ya en la capital del país se incorporó a la licenciatura en Antropología Social de la Universidad Iberoamericana (1974-1979), donde se formó bajo la tutela de distinguidos maestros como Ángel Palerm y Carmen Vaqueiras, entre otros.
Su primer acercamiento a Jalisco tuvo lugar en 1977, cuando realizaba trabajo de campo para su tesis de licenciatura en el sur del estado. Por invitación de Guillermo de la Peña y de Agustín Escobar se integró al proyecto de investigación Centralización vs. Desarrollo Regional, dirigido por el primero. Posteriormente, Mercedes y Agustín, estimulados por De la Peña, continuaron sus estudios de posgrado en Inglaterra bajo la dirección de Bryan Roberts. Cursó la maestría en Sociología en la Universidad de Manchester (1979-1981), seguida del doctorado en Sociología (1981-1984), por la misma universidad. Realizó estos estudios en calidad de investigadora asociada del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), institución que le otorgó una licencia sin goce de sueldo.
González de la Rocha llevó a cabo el trabajo de campo para su tesis doctoral en el marco del proyecto colectivo La Organización Social del Mercado de Trabajo en Guadalajara. Su interés se centró en el estudio de las unidades domésticas de los trabajadores y en sus estrategias de sobrevivencia. Privilegió una mirada de género, señalando las presiones a las que estaban expuestas las mujeres por sobrellevar la carga del trabajo doméstico y el cuidado de los hijos, administrar el consumo del hogar y realizar actividades remuneradas (fuera o dentro del hogar) con la finalidad de complementar los ingresos familiares. Su trabajo contribuyó a visibilizar la participación de las mujeres en la esfera pública y su lucha contra el Estado con el objetivo de obtener mejores condiciones de vida. Resaltó la relevancia de las redes sociales de parentesco y de vecindad para la sobrevivencia de las familias de trabajadores pobres y el papel de las mujeres en la reactivación de estas redes sociales. Desde ese momento, llama la atención que puso en práctica técnicas tanto cualitativas, con estudios de caso de hogares, como cuantitativas, con una pequeña encuesta de 100 hogares seleccionados en las zonas de bajos ingresos de la ciudad. Su tesis de doctorado fue publicada en 1986 como libro bajo el título Los recursos de la pobreza. Familias de bajos ingresos de Guadalajara (El Colegio de Jalisco/CIESAS/SPP). Dos años después, en 1988, dicho trabajo recibió el premio Miguel Othón de Mendizábal del Instituto Nacional de Antropologíaa e Historia a la mejor investigación.
Una vez concluidos sus estudios de doctorado, pasó a ser investigadora titular del CIESAS, institución en la que permaneció por más de 40 años, hasta su fallecimiento acaecido el 1 de febrero de 2024. Su carrera académica estuvo orientada principalmente a las labores de investigación y de formación de recursos humanos, tanto en la docencia como en la dirección de tesis. Se involucró también en actividades de gestión institucional y formó parte de diversos consejos y comités científicos. Desempeñó además labores de evaluación de actividades académicas en diversos centros de estudio y de programas y políticas sociales, así como trabajos de consultoría para organizaciones internacionales.
A lo largo de su trayectoria profesional, fue investigadora visitante en varias universidades extranjeras, como la Universidad de California, en San Diego; la Universidad de Texas, en Austin; la Universidad de Columbia, en Nueva York, y la Universidad de Cambridge, en Inglaterra, institución en la que fungió como Profesora Simón Bolívar. Su producción académica fue acreedora a varios premios y distinciones, entre ellos el Premio Casa Chata; el Premio de la Academia de la Investigación Científica y el reconocimiento Ángel Palerm, otorgado por el CIESAS. En 2022 obtuvo el nombramiento de Investigadora Nacional Emérita del Sistema Nacional de Investigadores, del cual fue miembro desde 1985.
Su compromiso con la formación de recursos humanos la llevó a impartir un gran número de seminarios, cursos y talleres, tanto de metodología cualitativa y etnografía como de temas relacionados con la organización social de las unidades domésticas, el género, los mercados de trabajo, la migración, la pobreza y las crisis económicas. Esta variedad temática da cuenta de la estrecha vinculación existente entre su práctica docente y la investigación. En el ámbito de la primera, su actividad fue intensa, nacional e internacionalmente. Entre las instituciones del país en las que impartió cursos, seminarios o talleres, figuran los Colegios de México, Michoacán y Sonora, así como las diversas sedes regionales del CIESAS y varias universidades estatales. En el extranjero fue docente en universidades de Centroamérica, Estados Unidos e Inglaterra. Además, tuvo a su cargo la dirección de más de una decena de tesis de maestría y doctorado. Algunas de sus asesoradas, como las doctoras Rocío Enríquez, Rosa María Rubalcava y Guadalupe Serna, son en la actualidad reconocidas académicas.
Sin embargo, la actividad en la que probablemente fue más prolífica en términos de reproducir la disciplina de la antropología social fue el trabajo de campo. Varias investigadoras, hoy doctoras y docentes, dan cuenta de que su periodo formativo más intenso fue aquel cuando trabajaron en campo con Mercedes. Son los casos de Elisa Alejandra Martínez, Paloma Paredes, Gabriela Sánchez y Paloma Villagómez.
En su trayectoria profesional logró combinar en forma balanceada la docencia, la investigación y la difusión. En este último rubro, participó en alrededor de 200 reuniones, seminarios y conferencias en México y en países de África, América del Norte, América del Sur y Europa. Las invitaciones para presentar sus estudios en tan diversos países denotan el reconocimiento internacional del que gozaba.
Su producción académica (como autora o coautora), numerosa y de calidad, reúne más de un centenar de títulos entre libros, artículos y capítulos de libro publicados en el país y en el extranjero. Su principal coautor a través de los años fue su compañero de vida, Agustín Escobar Latapí. Es necesario destacar también a Bryan Roberts, Fernando Cortés, Inés Escobar González, Alejandro Grinspun, Martha Moreno, María de la O Martínez y Paloma Villagómez.
Sus intereses fueron múltiples, abarcando cuestiones como la agroindustria azucarera del Sur de Jalisco, la migración internacional, la jefatura femenina, la fecundidad adolescente y el trabajo de las mujeres, entre otros. Su texto, “De por qué las mujeres aguantan golpes y cuernos: un análisis de los hogares sin varón en Guadalajara”, publicado en Gabayet et al. (comps.), Mujeres y sociedad. Salario, hogar y acción social en el occidente de México (El Colegio de Jalisco/CIESAS), arrojó luz sobre las distintas vertientes de la jefatura femenina, cuando los maridos abandonan el hogar para trabajar por años en Estados Unidos. Destaca como precursor su estudio sobre el incremento de la participación económica de las mujeres y los jóvenes durante la crisis económica que sufrió México en los años ochenta del siglo pasado. A pesar de esta variedad temática, la parte medular de su legado académico gira en torno al estudio de la pobreza, las unidades domésticas y la política social.
Sus aportaciones relativas a la organización social de los grupos domésticos en los sectores pobres fueron de gran importancia para el análisis de la pobreza y las políticas sociales. Para González de la Rocha, la investigación centrada en los hogares resultaba fundamental a la hora de entender la vida social y económica de los sectores desfavorecidos en las áreas rurales y urbanas del país. Si bien desde sus inicios incorporó a sus investigaciones la noción de estrategias de sobrevivencia, también la cuestionó. Sostenía que el concepto había perdido gran parte de su capacidad analítica, dadas las recurrentes crisis económicas vividas por el país. En años previos, dicho concepto había sido de gran utilidad para estudiar la manera en que los hogares empobrecidos capitalizaban los recursos que de que disponían en aras de asegurar su supervivencia. Sin embargo, los altos y persistentes niveles de pobreza, el agravamiento del deterioro económico, la erosión de las condiciones de trabajo y el debilitamiento de las redes sociales de apoyo pusieron en entredicho la vigencia del concepto, llamando la atención sobre la necesidad de enfoques analíticos que contemplaran los límites estructurales impuestos al despliegue de tales estrategias.
No cabe duda de que sus investigaciones acerca de la reproducción de los hogares pobres tuvieron y siguen teniendo un gran impacto en México y fuera del país. Sobresalen, entre otras publicaciones, el libro The Resources of Poverty. Women and Survival in a Mexican City (Oxford: Basil Blackwell Publisher), publicado en 1994, y los artículos “From the resources of poverty to the poverty of resources: The erosion of a survival model?”, publicado en la revista Latin American Perspectives en 2001, y “The construction of the myth of survival”, en Gender Myths & Feminist Fables (Oxford: Blackwell Publishing) en 2009.
Sus reflexiones sobre las unidades domésticas de sectores carenciados abarcaron también diferentes países. En el marco de la Iniciativa de Estrategias contra la Pobreza del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), analizó información de 15 países de África, Asia, Centro y Sudamérica. El estudio trataba de ver cómo los hogares pobres enfrentaban el deterioro de las condiciones económicas y en qué medida sus respuestas variaban de acuerdo con el entorno social y económico. Subrayaba que la erosión de los activos y la reducción de las oportunidades de trabajo aumentaban la vulnerabilidad de los hogares. Los resultados de esta investigación fueron publicados en 2001 en el artículo: “Are poor households coping? Assets, vulnerability and opportunities”, en la revista Development and Society 30 (2).
En virtud de sus múltiples contribuciones al estudio de la organización social de las unidades domésticas de los sectores pobres, y su solvencia en los métodos etnográficos y cualitativos, fue invitada durante varios años por José Gómez de León a dirigir, junto con Agustín Escobar, las evaluaciones cualitativas de los programas Progresa-Oportunidades. Las evaluaciones hechas por estos equipos de trabajo procuraron valorar los cambios ocurridos en la organización de los hogares beneficiarios del programa: ¿Cómo enfrentaban situaciones difíciles, como enfermedades, desempleo, disolución familiar?, ¿en qué medida movilizaban los recursos disponibles?, ¿qué implicaban para la sobrecarga de las mujeres las corresponsabilida-
des exigidas?, ¿en qué medida la asignación de recursos las empoderaba o las exponía a una mayor violencia en el hogar? Varias de estas cuestiones figuran en el libro coordinado por González de la Rocha, Procesos domésticos y vulnerabilidad: perspectivas antropológicas de hogares con Oportunidades, publicado por La Casa Chata en 2006.
Según señalamiento de Agustín Escobar, las evaluaciones cualitativas realizadas por los equipos de trabajo, dirigidos por ellos, permitieron introducir cambios importantes en los programas gubernamentales. Así, por ejemplo, se logró que cientos de miles de hogares de ancianos no fueran expulsados del Programa al carecer de hijos. Se incluyó un pago a adultos mayores, que posteriormente se convirtió en el Programa 70 y más; luego, en el Programa de adultos mayores actual. En un análisis realizado junto con Fernando Cortés, se demostró que casi 40% de los hogares que quedaban excluidos del Programa por haber dejado de ser pobres volvían a serlo en menos de tres años. Las principales características del Programa Oportunidades y su evolución a lo largo de varios años, así como los cambios ocurridos en los hogares beneficiarios situados en comunidades rurales y pequeñas ciudades, quedaron plasmados en el texto: “Pobreza, cambio familiar y política social en México: una perspectiva diacrónica”, en el libro Pobreza, transferencias condicionadas y sociedad, coeditado por González de la Rocha y Escobar Latapí (La Casa Chata, 2012).
Entre sus publicaciones más recientes se encuentran los capítulos “Poverty and resilience in Mexico”, en Research Encyclopedia of Anthropology (Oxford, 2020), y “Familia y mercado: la monetización de los favores”, en La urdimbre doméstica: textos en torno a la familia, coordinado por Lucía del Carmen Bazán Levy, Margarita Estrada Iguíniz y Georgina Rojas García (CIESAS, 2020). También el libro (en coautoría con Agustín Escobar Latapí), Acceso efectivo al desarrollo social: necropsia y lecciones de dos acciones gubernamentales (La Casa Chata, 2022).
Como he señalado, muchas han sido las aportaciones de González de la Rocha a la investigación social. Su obra constituye un referente obligatorio en el estudio de múltiples cuestiones sociales: los hogares y sus estrategias de sobrevivencia, la agencia de los pobres para enfrentar con creatividad situaciones difíciles, la vulnerabilidad de las familias en situaciones de erosión de los recursos y falta de oportunidades, y los peligros del aislamiento social resultado del debilitamiento de las redes de apoyo. Destacan sus contribuciones al análisis y la evaluación de las políticas públicas en contextos de pobreza.
Agradezco a Agustín Escobar la información proporcionada para la elaboración de esta semblanza.