Universidad Nacional Autónoma de México • Instituto de Investigaciones Sociales

Alberto Hernández Hernández*

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*Doctor en Sociología por la Universidad Complutense de Madrid. Profesor-investigador del Departamento de Estudios de Administración Pública en El Colegio de la Frontera Norte (El Colef). Presidente de El Colef. Temas de especialización: cambio social y fronteras. Carretera Escénica Tijuana-Ensenada, Km 18.5, San Antonio del Mar, 22560, Tijuana, Baja California, México. El autor agradece el apoyo del doctor Óscar Contreras, secretario general académico de El Colef; del doctor Rodolfo Cruz Piñero, director del Departamento de Estudios de Población; de la doctora Gabriela Muñoz, directora del Departamento de Estudios Urbanos y del Medio Ambiente; del doctor Camilo Contreras, director general de El Colef en la región Noreste, y del doctor Jhonnatan Curiel, asistente en la Oficina de Presidencia, por sus puntuales observaciones y aportes para la realización de este artículo.

 

En un periodo de transformación social como el que se vive en México, la pregunta por los nuevos objetivos de la labor científica se vuelve vital. Esta misma pregunta adquiere matices particulares para los retos que enfrentan las ciencias sociales, al encontrarse con nuevos enfoques de trabajo desde la administración federal y las dependencias responsables de la política científica y tecnológica a nivel nacional. Este artículo busca contextualizar y compartir cuál ha sido la agenda académica de El Colegio de la Frontera Norte (El Colef) en sus casi cuatro décadas de trayectoria, destacando las contribuciones, los aportes y los nuevos desafíos para el campo de las ciencias sociales en México.

En un primer momento se describen algunos de los cambios en El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) que buscan construir una agenda académica compartida en torno a los problemas nacionales. Posteriormente, se incluye un apartado sobre los orígenes, el desarrollo y los aportes de El Colef en el campo de las ciencias sociales en la región, para después profundizar en algunas de sus principales líneas temáticas, y se da paso al apartado final respecto a los retos ante la nueva política de ciencia y tecnología en el país.

Aunque la discusión sobre la agenda de las ciencias sociales en México no es nueva, su actualización está relacionada con las coyunturas sociales contemporáneas (Contreras y Puga, 2018). El arribo de un nuevo gobierno en México ha perfilado un viraje en cuanto a la relación del sector de la ciencia y tecnología con la sociedad, algo que ha quedado plasmado desde el Plan de reestructuración estratégica del Conacyt para adecuarse al Proyecto Alternativo de Nación (2018-2024), firmado por la doctora María Elena Álvarez-Buylla en junio de 2018.

La doctora Álvarez-Buylla, actual titular del Conacyt, ha llevado a cabo cambios administrativos, operativos y en enfoques de investigación, haciendo énfasis en la necesidad de llevar a cabo “ciencia de frontera” y procurar una labor científica que responda a las necesidades de la sociedad mexicana, particularmente en lo que se refiere al logro de una sociedad más justa y equitativa. Y si bien ha habido méritos y desaciertos en la implantación de este plan, lo más importante es que se ha abierto la oportunidad de revisar la agenda de las ciencias sociales y su relación con la sociedad.

Una primera contextualización es que existen varias agendas de las ciencias sociales en México, no sólo una. Según el informe del Consejo Mexicano de Ciencias Sociales (Comecso), en 2015 estaban registradas 831 instituciones, privadas y públicas, en las que se realizaban actividades de docencia e investigación en ciencias sociales (Puga y Contreras, 2016). Aun cuando sólo en un tercio de estas instituciones se realiza investigación académica formal, esto da cuenta de un amplio número de centros y universidades a lo largo del territorio mexicano que trabajan desde contextos regionales y locales específicos, así como una compleja gama de orientaciones temáticas, teóricas y metodológicas. Los núcleos más consolidados de estas comunidades están en las universidades del centro del país y las universidades públicas estatales, así como en los Centros Públicos de Investigación (CPI). Estos últimos destacan, ya que forman parte de un sistema regulado por el Conacyt que tuvo como propósito alinear las agendas de investigación de los centros desde una visión sistémica y de alcance nacional. El sistema de los CPI del Conacyt logró posicionar a los centros desde sus respectivas áreas de especialidad, así como establecer contactos con actores locales y regionales, lo que constituye un primer esfuerzo para orientar el quehacer científico hacia áreas y acciones que atendieran los grandes problemas nacionales.

Otra de las acciones implantadas entre 2015 y 2017, que intentaron formular una agenda de investigación conjunta y de largo plazo, son los Programas de Investigación de Largo Aliento (PILAS), concebidos como piezas estratégicas dentro de un sistema integrado de investigación científica nacional del Conacyt. Otro ejemplo son los Consorcios de Investigación, diseñados para atender necesidades regionales específicas como parte de una estrategia de desarrollo científico y tecnológico nacional.

La reciente iniciativa de los Programas Nacionales Estratégicos (Pronaces) busca perfilar las agendas académicas a las prioridades del nuevo gobierno; se constituyen como uno de los esfuerzos más ambiciosos de la nueva administración federal para resolver los problemas nacionales. Actualmente se desarrollan 11 ejes que darán operatividad y acción a estos programas de apoyo a la investigación en áreas cruciales y temas de prioridad.1

Este balance de los cambios en el ámbito del sector de la ciencia y tecnología y de los retos para las ciencias sociales en el país permiten plantear cuestiones respecto a una relación de mayor proximidad y apertura entre las comunidades científicas, las expectativas del nuevo gobierno para este sector, y la visibilidad de los resultados para la sociedad mexicana. Además del desafío que implica la reestructuración de este sector, procurando emparentarlo con los propósitos del nuevo gobierno, se torna necesario construir una relación de mayor reciprocidad entre el gobierno federal y la comunidad académica, al tiempo que se introduce otra comprensión del quehacer de las ciencias sociales y su importancia para la población mexicana.

Una de las instituciones académicas que ha ido a la par de estas transformaciones nacionales en el sector científico y tecnológico es El Colef, que ha posibilitado el despliegue de las ciencias sociales en la región norte de México. Su agenda académica ha sido orientada no sólo por el estudio de la frontera y el fenómeno migratorio, sino por un amplio repertorio de temas y enfoques de estudio que dan cuenta de complejidades, interacciones y tensiones en esta región, considerada como una de las más dinámicas a nivel mundial por su vecindad con Estados Unidos. Para contextualizar la procedencia, el desarrollo y la importancia de El Colef como institución en el norte de México, en el siguiente apartado se presentan los orígenes, las transformaciones y el presente de este centro, considerado hoy como una de las instituciones académicas que más aportes han realizado a las ciencias sociales en esta región del país.

 

Orígenes y actualidad de El Colef como institución académica en el norte mexicano

El Colef es una institución que se ha consolidado en cerca de cuatro décadas hasta convertirse en uno de los Centros Científicos de Excelencia de mayor importancia en la región norte de México, y uno de los principales CPI del Conacyt en el país.

Esta institución comenzó sus actividades como parte de una etapa de descentralización de El Colegio de México (Colmex), teniendo como antecedente El Colegio de Michoacán (Colmich), fundado en Zamora, Michoacán en 1979. Con dos figuras intelectuales, Jorge A. Bustamante y Luis González, el impulso a las ciencias sociales y las humanidades fuera de la capital del país cobraría una gran relevancia en este periodo.

Bajo el nombre de Centro de Estudios Fronterizos del Norte de México (Cefnomex), la institución impulsada por El Colegio de México comenzó sus operaciones en la ciudad de Tijuana, Baja California, en enero de 1982; su acta constitutiva fue firmada el 6 de agosto de ese mismo año. Con media docena de jóvenes investigadores, el Cefnomex poco a poco fue haciéndose más visible, teniendo como meta la conformación de equipos de investigación a lo largo de la frontera norte de México.

En 1986 el Cefnomex cambió de nombre a El Colegio de la Frontera Norte. En 1994, pasó a formar parte de la red de CPI del Conacyt. Para alcanzar este objetivo se necesitaron múltiples actores e instituciones, que sentaron las bases de este proyecto institucional (Ceballos Ramírez y Ojeda Revah, 2009).

Una de las primeras motivaciones que alentaron el estudio académico y especializado de la región fronteriza fue la escasa presencia de estudios y programas orientados al campo de las ciencias sociales en el norte mexicano. Este desafío sería advertido y abordado por Jorge A. Bustamante desde su etapa como estudiante de doctorado en la Universidad de Notre Dame, donde realizó su investigación sobre la migración de mexicanos hacia Estados Unidos, experiencia que lo llevó a entender las vicisitudes de los migrantes (Bustamante, 2009).

En 1974, El Colegio de México dio apertura a investigaciones en estudios fronterizos y de migración. La incorporación del doctor Bustamante al Centro de Estudios Sociológicos (CES), en ese entonces dirigido por el doctor Rodolfo Stavenhagen, representó un impulso importante para este campo de estudios. En 1976 fue creado en el interior del CES el Programa de Estudios Fronterizos; cuatro años después, ese proyecto fue diseñado para operar desde la frontera. El ingreso de Bustamante al Colmex constituyó un momento clave, al posibilitar el estudio de la región fronteriza ya no desde el centro del país, sino in situ en la frontera norte.

La primera sede del Cefnomex fueron unas modestas oficinas en la Zona Río de Tijuana abiertas en 1982, las cuales alojaban a un pequeño grupo de jóvenes investigadores liderados por Bustamante.2 La fundación del Cefnomex llegó en un momento de acelerados cambios en esta región. Durante los ochenta, la frontera norte de México era un territorio poco explorado desde la investigación en ciencias sociales. Aunque existían algunos estudios de relevancia, la mayoría de ellos eran discutidos en el centro de México. Por el contrario, existía un panorama diferente del lado estadounidense, donde la frontera comenzaba a figurar en investigaciones, cursos y acciones de vinculación que harían más visible este campo de estudios. A inicios de los años ochenta, ya existían centros o programas específicos sobre migración y fronteras en la University of California San Diego (UCDS), en la San Diego State University (SDSU), en la University of Arizona, en The University of Texas en El Paso y en The University of Texas en Brownsville.

En los años ochenta, la frontera norte era un lugar estratégico en términos económicos, pero también por los intensos procesos sociales que experimentaba su población. Los efectos de la migración mexicana hacia Estados Unidos eran cada vez más visibles, y esto se reflejaba en el crecimiento poblacional en la ciudad, así como el aumento de problemas asociados con su urbanización.

En esta misma década, Tijuana ya era una ciudad muy dinámica y cambiante; para el centro del país se convirtió en un punto estratégico y de oportunidades. Ejemplo de ello fue el crecimiento de la industria maquiladora. La fundación de otras instituciones en la ciudad, como el Centro Cultural Tijuana (Cecut) en 1982, así como la apertura de facultades y escuelas de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), entre ellas la Escuela de Humanidades fundada en 1986, contribuyeron a descentralizar la oferta académica y la formación de profesionistas en ciencias sociales. De manera simultánea, la Universidad Iberoamericana creó su Unidad Noroeste en 1982, impulsando con ello nuevas carreras a nivel licenciatura en la región.

En 1984, el entonces Cefnomex lanzó la Maestría en Desarrollo Regional, que arrancó sus actividades con 18 estudiantes de distintas regiones del país. Este programa fue pionero en el norte de México. La apertura de la maestría posibilitó nuevas áreas de vinculación con instituciones tanto de Estados Unidos como del centro de México, por lo que la primera planta docente contó con destacados profesores de ambos países, que otorgaron a los estudiantes una perspectiva transfronteriza sobre el desarrollo regional.3

A la par que las ofertas educativas para profesionistas aumentaban y la región fronteriza México-Estados Unidos cobraba notoriedad como campo de estudios, tanto en Tijuana como en otras ciudades del norte mexicano se experimentaría una transformación sustancial con la aplicación de la Ley Simpson-Rodino en Estados Unidos, la cual entró en vigor en marzo de 1987 y tuvo como objetivo regularizar la inmigración indocumentada en ese país. Este hecho provocó la deportación masiva de connacionales hacia las ciudades del norte de México, lo que generó demandas sociales, de infraestructura y servicios públicos que escasamente pudieron ser atendidas en ese periodo.

Es en este momento de grandes cambios donde se insertan los primeros estudios y aportes de El Colef relacionados con las ciencias sociales en el norte de México, con lo que logró consolidarse como institución y sentar las bases de su desarrollo académico y social a partir de los siguientes pilares: 1) al constituirse como el primer centro de estudios en el norte de México, el cual realiza investigaciones in situ y con enfoques longitudinales para esta región del país; 2) al integrar un primer equipo de jóvenes investigadores, quienes realizan estudios individuales en campos vinculados a economía, medio ambiente, cultura y trabajo, además del fenómeno migratorio y el estudio de la frontera; 3) al ofertar la Maestría en Desarrollo Regional con un enfoque transfronterizo que contribuyó a la formación de nuevos profesionistas; 4) al fundar nuevas sedes en seis ciudades fronterizas y capitales del norte mexicano (Mexicali, 1982; Ciudad Juárez, 1983; Matamoros,1983; Nogales, 1986; Monterrey, 1989; Piedras Negras, 1991), dando cobertura amplia a la franja fronteriza con Estados Unidos, y 5) al integrarse a la vida social y cultural de la frontera norte de México, con la publicación de estudios especializados, así como la organización de actividades académicas y culturales, entre las que destacó el Festival Internacional de La Raza, realizado entre 1984 y 1994, el cual representó un punto de interacción entre la comunidad académica y artística chicana.

Gracias a la presencia de El Colef se abrieron oportunidades para investigadores e investigadoras en esta región, con nuevas líneas de trabajo, experimentación con el uso de nuevas metodologías, así como el uso de enfoques cuantitativos, cualitativos y mixtos para la investigación, hechos que representaron experiencias significativas de formación y que tendieron puentes con colegas de otras latitudes, dando a El Colef la posibilidad de establecer conexiones con otros países del continente y de Europa, siempre teniendo como referente a su institución de origen, El Colegio de México.

En este tiempo, El Colef ha consolidado sus aportes a las ciencias sociales. Su agenda académica institucional ha estado orientada por el estudio científico de procesos sociales, económicos, culturales, demográficos, de salud, de género, políticos, gubernamentales, urbanos y del medio ambiente en la región fronteriza México-Estados Unidos, y de manera más reciente, sobre la frontera sur del país.

Hoy El Colef está conformado por seis departamentos académicos4 en los que se integran cerca de 120 investigadoras e investigadores especializados en nueve líneas temáticas.5 Nuestros posgrados contemplan 14 programas: tres doctorados y siete maestrías de carácter presencial6 y una maestría y tres especialidades en línea7. Los programas de posgrado y especialidades han contribuido a la formación de recursos humanos especializados en América Latina.

El Colef ha sido acreedor de numerosos reconocimientos por su labor investigativa en las diferentes líneas temáticas en que se especializa. Uno de los más destacables es el Premio Nacional de Demografía, el cual ha sido otorgado en cuatro ocasiones a investigadores de la institución: Jorge Agustín Bustamante en 1994, Rodolfo Corona Vázquez en 2003, Roberto Ham Chande en 2009, y el más reciente, otorgado al Departamento de Estudios de Población en 2014, en reconocimiento a la labor efectuada para la realización de la Encuesta a la Migración Internacional en la Frontera Norte (EMIF).

A lo largo de estas décadas, El Colef ha establecido acuerdos de vinculación con centros de investigación y universidades en México, Estados Unidos y otros países de los continentes americano y europeo, a través de distintos proyectos y acciones, además de construir una mayor cercanía con figuras académicas, políticas y personajes ligados a la cultura tanto en México como en Estados Unidos.8

Otro de los ámbitos en los que se ha conseguido destacar a nivel regional es en la alta pertenencia de su planta académica al Sistema Nacional de Investigadores (SNI). El 82.5% de las investigadoras e investigadores de El Colef forman parte del sni, de los cuales 55.5% están en los máximos niveles (II, III y Emérito). Las y los investigadores de El Colef han logrado una importante presencia en este sistema, y de manera singular, en las áreas de ciencias sociales y humanidades (IV y V). Esta presencia es constatada en el hecho de que del total de investigadores del sni en el Nivel III en la región norte, 49% son de El Colef.

Esta institución ha logrado afianzarse a través de investigaciones y programas académicos ligados con los procesos y fenómenos de la región. Por motivos de espacio no es posible detenerse en cada una de las líneas temáticas que, desde El Colef, han hecho aportes a las ciencias sociales, pero a continuación se presentan algunas de las más representativas, relacionadas con el estudio de fronteras, migración, innovación, organización productiva y trabajo y medio ambiente, las cuales han sido desarrolladas en estas décadas de trayectoria.

 

Estudios sobre la frontera y la migración internacional

El estudio de la frontera y la migración internacional son dos de los principales temas de investigación en El Colef. De manera específica, las investigaciones sobre la realidad fronteriza, sus procesos sociales, culturales y económicos, así como el análisis de la migración de mexicanos hacia Estados Unidos. Estos temas son cuestiones en torno a las cuales se creó El Colef, por lo que dichas líneas han dado una proyección académica internacional a la institución.

Respecto al estudio de la frontera, como ha quedado plasmado en páginas previas, la motivación que impulsó la creación del Cefnomex (hoy El Colef) fue llevar a cabo investigaciones in situ sobre los fenómenos sociales que acontecían en esta región. Dichos estudios fueron cruciales a nivel nacional, ya que a través de ellos se lograba identificar las dimensiones de interacción, los puntos de tensión, así como los desafíos que implicaban las relaciones entre México y Estados Unidos. Justamente, las investigaciones individuales llevadas a cabo por el primer equipo de investigación estuvieron orientadas al estudio del trabajo en la frontera norte, la articulación transfronteriza de la economía, el impacto de la industria maquiladora, la economía de desecho, los asentamientos urbanos en Tijuana, las identidades juveniles y fronterizas, entre otros temas (Rodríguez, 1983: 387-398).

Con el paso del tiempo, y también a partir de una mayor vinculación con instituciones y universidades de ambos lados de la frontera, la agenda académica para el estudio de las fronteras se diversificó hacia otros temas, actualizando los programas de posgrado, además de introducir metodologías novedosas para su estudio.

Actualmente, entre las principales líneas de investigación con visión fronteriza y transfronteriza en El Colef se encuentran Historia de la frontera, Cultura e identidad, Antropología, Desarrollo Regional, Controversias fronterizas, Gestión de recursos transfronterizos, Integración económica México-Estados Unidos, Mercados de trabajo, Planeación urbana, Salud en la frontera norte, Gobernanza, Violencia y seguridad pública y Cambio climático.

A su vez, tres de los proyectos institucionales relacionados con los estudios de frontera son: 1) el Observatorio de Coyuntura de la Economía Fronteriza (OCEF), dedicado a presentar información mensual sobre la evolución económica de la región; 2) el Laboratorio de Estudios sobre Violencia en las Fronteras (LEVIF), el cual estudia temas relacionados con la violencia en las fronteras de México desde perspectivas multidisciplinarias, multilocales y comparadas con otras fronteras del continente; y 3) el Proyecto Región Transfronteriza México-Guatemala: dimensión regional y bases para su desarrollo integral, cuyo objetivo es realizar un diagnóstico y un análisis del desarrollo regional transfronterizo entre ambos países desde una perspectiva multidisciplinaria.

De la misma forma, a lo largo de estas décadas hemos logrado consolidar vínculos con importantes redes de investigación en fronteras, como la Red Internacional de Estudios Comparados de Fronteras (REC-Fronteras), la Red de Políticas Fronterizas Mex-US, la Association of Borderland Studies (ABS), entre otras. En cuanto a divulgación del conocimiento científico sobre fronteras, un insumo adicional es Frontera Norte, revista especializada editada semestralmente con el fin de difundir investigaciones en las que las fronteras, los territorios y los espacios subnacionales se consideren objetos analíticos prioritarios.

En cuanto al estudio de la migración internacional, son varios los momentos y las dimensiones de análisis de este tema desde El Colef. En los años ochenta se inició un estudio de la emigración de los mexicanos hacia el país del norte, destacando el liderazgo de Jorge Agustín Bustamante. Desde los orígenes de El Colef y hasta el día de hoy, el tema de la migración cruza transversalmente los distintos departamentos académicos. La falta de información y de datos confiables llevó a la institución a generar su propio diseño de cifras sobre la migración. Quizá esto ha sido uno de los principales aciertos institucionales, al diseñar metodologías y generar información que no se había producido en México, y de modo particular, para las ciudades fronterizas del norte.

En los años ochenta, El Colef dio inicio a una serie de encuestas en la frontera con el levantamiento de la Encuesta Anual de la Frontera Norte (ESAF), una encuesta probabilística y con representación estadística en las ciudades. Con esto no sólo se satisfacía la necesidad de información para el estudio de la migración en la frontera norte, sino que también se recopiló información y datos para otras áreas como la demografía, la cultura, la economía y la administración pública. La serie ESAF, además de levantarse en las distintas ciudades de la frontera, también recopilaba información de una ciudad control que no estuviera localizada en ella. De esta manera, se garantizaban los análisis comparativos y se indagaba sobre los fenómenos o procesos propios de esta región.

Durante esta etapa se realizaron las primeras estimaciones de la inmigración hacia las ciudades fronterizas; se dispuso de datos que brindaban información del volumen de inmigrantes que estaba recibiendo cada una de estas ciudades. También se contó con información de la población que radicaba en las localidades urbanas de la frontera y cruzaba diaria o semanalmente para laborar en Estados Unidos. Sin embargo, todavía no se disponía de información confiable para conocer con mayor certeza la emigración de los mexicanos hacia Estados Unidos. Por ello, durante esta misma década también inició el proyecto Cañón Zapata, el cual era una herramienta metodológica basada en un conjunto de fotografías tomadas hacia ese cañón, llamado Soccer Field del lado estadounidense, donde se concentraban los inmigrantes mexicanos antes de internarse en el territorio estadounidense. Este proyecto fue el origen de la encuesta de flujos que vendría a proporcionar información confiable para conocer los flujos migratorios hacia esta frontera.

Otro proyecto representativo es la Encuesta de Migración en la Frontera (EMIF Norte), la cual data de 1993. Su objetivo principal es medir y caracterizar la migración. Es una encuesta de flujos que se levanta en las principales ciudades y puntos fronterizos. Casi 10 años después se inició también la EMIF Sur, en la frontera México-Guatemala. Ambas encuestas han hecho posible conocer, de forma continua y estadística, aspectos relevantes de la dinámica migratoria en las fronteras mexicanas. Estas encuestas permiten confirmar la condición de México en un sistema migratorio en el que participan países como Estados Unidos, Guatemala, Honduras y El Salvador. La EMIF Norte y la EMIF Sur se concentran en la identificación de un movimiento o desplazamiento migratorio, el cual está basado en una técnica probabilística de poblaciones móviles. El muestreo tiene la tarea de seleccionar un desplazamiento al que, de acuerdo con el lugar y la hora en que fue elegido, se le asocia una probabilidad de ser seleccionado, con lo que se construye un volumen total de desplazamientos (no de personas), para así conocer las características asociadas con dicho movimiento.

Durante las últimas tres décadas, el proceso migratorio internacional en México y en la región ha sido muy dinámico y cambiante. Treinta años atrás se estudiaba la fuerte emigración de los mexicanos hacia el país vecino del norte; sin embargo, actualmente es necesario estudiar no sólo la salida de los mexicanos, sino también su retorno y reinserción, su estancia e integración en Estados Unidos, la migración de tránsito, la llegada de nuevos inmigrantes a nuestro país, tanto de Centroamérica como del Caribe, de Sudamérica e incluso extra continentales. Es decir, el estudio de la migración internacional en México se ha hecho complejo. Los temas de investigación en El Colef se han diversificado con el desarrollo de este fenómeno. En las últimas décadas, los fenómenos sociales, económicos y culturales ligados con las migraciones han adquirido una importancia estratégica, tanto en México como en el mundo.

Por ello, en las últimas décadas El Colef ha generado nuevos programas en torno al estudio de la migración internacional. Se creó el Doctorado en Estudios de Migración, se generaron una especialidad y una maestría en línea sobre Migración Internacional; junto con la publicación de la revista especializada Migraciones Internacionales, son elementos que han contribuido a la proyección internacional en este tema.

Algunas de las grandes áreas de estudio de la migración en El Colef son: el análisis de los flujos migratorios en la frontera norte y sur del país, la migración de retorno, la migración laboral, la migración no laboral, la migración calificada, la migración de profesionistas, la migración no calificada, el asilo y refugio en México, las remesas y el desarrollo, las remesas socioculturales, la integración social y laboral de migrantes, las familias transmigrantes, las segundas generaciones de migrantes, la violencia y la migración, la movilidad transfronteriza y el control fronterizo, el control migratorio y las deportaciones, la ciudadanía y la migración, la migración por determinantes ambientales, la política migratoria, entre otras.

La gran diversidad temática y metodológica de los estudios migratorios es un desafío para el grupo de investigadores dedicados a estos temas, lo cual implica estar al corriente en cuanto a las categorías de análisis emergentes y nuevas metodologías de investigación. Uno de los retos a corto plazo para El Colef es incursionar en el uso de nuevas tecnologías en la investigación, adquirir software y desarrollar estrategias que aprovechen la información que circula mediante redes sociales y nuevas plataformas de datos.

 

Estudios sobre innovación, organización productiva y trabajo

Junto con los estudios sobre fronteras y migración, la línea sobre industrialización y trabajo tuvo una importancia decisiva en el origen de El Colef a principios de los años ochenta. En la frontera norte se estaba gestando en esos años una nueva modalidad de la división internacional del trabajo, basada en la segmentación de los procesos productivos, que dio lugar a la llamada industria maquiladora de exportación. El Colef fue un centro pionero en el estudio de este fenómeno industrial, así como de sus implicaciones económicas, laborales y sociales.

A lo largo de casi cuatro décadas de investigación sobre la industrialización y el trabajo, en El Colef se pueden identificar tres etapas en la evolución de los estudios enmarcados en esta temática. En una primera etapa (1982-1990), las investigaciones se centraron en la industria maquiladora, los trabajadores, los procesos de trabajo, las condiciones de trabajo, los sindicatos y los conflictos obreros. Las principales teorías utilizadas fueron el marxismo, particularmente en el análisis del control sobre el proceso de trabajo, las teorías de la acción, la nueva división internacional del trabajo y diversos enfoques sobre la globalización. Se realizaron estudios sobre la incorporación de las mujeres al trabajo industrial, la rotación laboral, y las condiciones laborales, entre otros temas. El enfoque fue regional, con énfasis en la frontera norte. Los actores involucrados fueron principalmente migrantes, mujeres, sindicatos y empresas. Las investigaciones en esta etapa se convirtieron en la principal fuente de evidencia empírica para el debate nacional sobre estos temas, y tuvieron una amplia resonancia en la discusión académica internacional.

En la segunda etapa (1990-2005), empezaron a cobrar una mayor relevancia los estudios sobre la organización productiva de las empresas, las derramas de conocimiento y los procesos de escalamiento. Al igual que en la etapa anterior, los estudios realizados en El Colef fueron pioneros en el análisis de la evolución tecnológica y organizacional de las maquiladoras, así como en la identificación de fenómenos emergentes derivados de las derramas tecnológicas y de conocimiento ligadas con la evolución del modelo de segmentación internacional de la producción. Las principales teorías utilizadas fueron la nueva división internacional del trabajo, las cadenas globales de valor, en particular en el análisis del escalamiento (upgrading), y la competitividad sistémica, de manera singular en el análisis de clusters industriales. Asimismo, se inició una nueva vertiente de estudios sobre el aprendizaje tecnológico, los desprendimientos empresariales, y la evolución de los modelos de organización de la industria maquiladora. Del análisis regional enfocado en la frontera norte se pasó a un enfoque territorial, binacional y transfronterizo, principalmente aplicado a organizaciones, empresas y clusters. En cuanto a la estrategia conceptual, el eje analítico se desplazó parcialmente del trabajo a la innovación y la organización productiva.

En la tercera etapa (2005-2020) se desarrollaron diversos estudios sobre la innovación en empresas, segmentos industriales y regiones, con enfoques mixtos y perspectivas transfronterizas. Los principales enfoques teóricos son los de las cadenas globales de valor, los sistemas de innovación, las capacidades tecnológicas y la innovación social, aplicados en estudios de actividades como la industria electrónica, la industria del software y la automotriz. Se consolida el estudio de las empresas multinacionales, incursionando en una discusión nacional e internacional que trasciende el horizonte de las maquiladoras, a la par que se inicia una nueva vertiente de estudios sobre las pequeñas y medianas empresas, en particular en relación con la consolidación de capacidades tecnológicas e incorporación en cadenas globales de valor. Se analizan los impactos de los actores en el territorio y se emprenden estudios de alcance nacional.

En general, la trayectoria de investigación del grupo de trabajo dedicado a estas temáticas ha estado fuertemente marcada por investigaciones en las que predomina el trabajo empírico, pero basado en enfoques conceptuales novedosos. En este sentido, El Colef ha aportado investigaciones relevantes no sólo por la originalidad y la actualidad de los datos empíricos, sino por su capacidad de incidir en los debates académicos nacionales e internacionales. Se trata de un estilo de investigación que aporta un empirismo de frontera, ya que las investigaciones van de la mano con enfoques innovadores. En la última década, otros temas emergentes empiezan a ocupar un espacio importante en la agenda de investigación. Entre ellos se pueden mencionar las recientes investigaciones sobre el trabajo y el empleo en el contexto de los cambios tecnológicos y las formas organizativas relacionadas con la economía digital y del conocimiento, así como los estudios sobre las experiencias emergentes de innovación social.

 

Las ciencias sociales y el medio ambiente

La contribución de las ciencias sociales a temas ambientales ha sido relevante e innovadora en los estudios desarrollados por El Colef. Necesariamente interdisciplinarios, han conjuntado a áreas del conocimiento tan diversas como antropología, geografía, sociología, ciencias políticas, economía, biología e ingeniería, y han cubierto de manera transversal las dimensiones sociales, políticas, económicas y biofísicas que han configurado la región fronteriza entre México y Estados Unidos, aunque el conocimiento adquirido en esta área de estudio bien puede ser aplicado a otras regiones asimétricas con recursos naturales compartidos.

En las casi cuatro décadas de existencia de El Colef se han abordado hasta 48 temáticas ambientales desde diversos marcos epistémicos y enfoques teórico-conceptuales usando métodos cuantitativos, cualitativos y mixtos. Entre los temas cultivados se pueden mencionar: gestión ambiental, planeación urbana, manejo de recursos naturales, turismo, vulnerabilidad a riesgos hidrometeorológicos, cambio climático, energía y agua; este último es el tema sobre el que más se ha publicado, en particular desde la óptica del derecho internacional ambiental; la gobernanza internacional; la hidropolítica; los recursos de uso común; la vulnerabilidad climática, la gestión urbana y el nexo agua-energía.

Los resultados de los mencionados estudios han ido más allá de publicaciones académicas como artículos, capítulos de libro, reportes y libros, y han dado forma a planes, atlas y programas derivados de trabajos hechos para gobiernos binacionales, estatales y municipales, entre los cuales destacan: el Programa Regional de Desarrollo del Corredor Costero Tijuana-Rosarito-Ensenada (Cocotren), el Atlas de la Cuenca del Río Tijuana (en colaboración con la San Diego State University), y el Programa Estatal de Acción ante el Cambio Climático de Baja California (PEACC).

Si bien la evolución de investigaciones transdisciplinarias en El Colef ha sido exitosa, no ha estado exenta de retos. Entre ellos se ubican la calidad y la cantidad de datos disponibles, así como la falta de financiamiento a proyectos de investigación interdisciplinaria. Sin embargo, el mayor reto, y a la vez el mayor satisfactor, ha sido precisamente trabajar de manera interdisciplinaria. La experiencia revela que hay que invertir un periodo largo de tiempo tanto para acordar colaboraciones como para publicar resultados; tiempo que después reditúa en la formación de redes de colaboración sólidas. Al respecto, investigadores de El Colef son miembros de redes nacionales e internacionales por igual. Entre ellas resalta el Panel Intergubernamental de Cambio Climático.

En la actualidad se reconoce la urgencia de incursionar en nuevas líneas de investigación ambiental. Por nombrar algunas: 1) Estudios socio-territoriales y ambientales; 2) Impacto socio-ambiental del cambio tecnológico; 3) Adaptación regional al cambio climático; 4) Movilidad sostenible, y 5) Complejidad ambiental.

A menudo se obvia la dimensión social de los problemas ambientales, y se deja su estudio y resolución a las ciencias naturales y exactas, que si bien son sustanciales para la caracterización, proyección y entendimiento de la degradación ambiental, no son suficientes. Esto es en parte porque tienen fuertes componentes sociales y económicos, que precisan de un acercamiento interdisciplinario para su investigación. He aquí la necesidad de la visión, las herramientas y las metodologías de las ciencias sociales, con el fin de comprender al individuo egoísta, predatorio, indiferente y muy probablemente inconsciente de su medio ambiente, para describir cómo intereses individuales dan paso a la fragmentación del tejido social en una comunidad y terminan devastando su entorno natural, para ponderar impactos en los sistemas socioambientales en regiones enteras alrededor del planeta.

La enseñanza que nos ha dejado incurrir en la problemática ambiental desde la perspectiva de las ciencias sociales en El Colef es que vale la pena hacerlo, no sólo por la potencial retribución intelectual y académica de generar conocimiento y la posibilidad de crear nuevos marcos teóricos, conceptuales y metodológicos, sino por la oportunidad de dar dimensiones sociales al caos ambiental y, bajo este entendimiento, ofrecer soluciones factibles, pero sobre todo humanas, por un bien común, intención que toma tintes de desafío ante la complejidad, la codicia y el cortoplacismo que definen nuestros tiempos, y que se antoja como una apuesta en busca de construir una mejor sociedad a futuro.

 

Reflexiones finales

La actual frontera norte de México ha sido escenario de grandes transformaciones respecto a aquella frontera que conoció el primer equipo del Cefnomex en 1982.

En este escenario de cambios y contrastes, se han abierto nuevos retos en términos de investigación que El Colef ha asumido desde hace casi cuatro décadas, ampliando y fortaleciendo sus principales áreas de estudio. Los retos de esta institución no son menores en el futuro, especialmente en un escenario de cambios como los que actualmente ocurren en las políticas de ciencia y tecnología en México. Uno de los desafíos a corto plazo es continuar fortaleciendo nuestra presencia en las siete sedes regionales de la frontera con Estados Unidos, estableciendo mayores vínculos con universidades, centros de investigación y organizaciones de la sociedad civil. Otro reto es ampliar nuestras líneas de investigación a temas de coyuntura como el estudio de las fronteras en el mundo, con énfasis en fronteras latinoamericanas, las migraciones internacionales, el estudio de la violencia y la seguridad pública, el cambio climático, entre otras áreas de oportunidad en las que la labor científica y docente de El Colef puede realizar sustanciales aportes, especialmente en el marco de esta transición que se experimenta con el fortalecimiento de enfoques cualitativos para la investigación.

A casi 40 años de haber iniciado este proyecto, hoy El Colef es una institución con amplio prestigio por sus aportaciones al sector de ciencia y tecnología en México, por formar recursos humanos de excelencia que aportan al avance y la mejora del país, y por seguir contribuyendo a la actualización de la agenda de las ciencias sociales a nivel nacional y regional.

 

Bibliografía

Bustamante, Jorge Agustín (2009). “A 25 años de la fundación de El Colegio de la Frontera Norte”. En Voces de la memoria. XXV aniversario de El Colegio de la Frontera Norte, compilado por Manuel Ceballos Ramírez y Lina Ojeda Revah. México: El Colef.

Ceballos Ramírez, Manuel, y Lina Ojeda Revah (comps.) (2009). Voces de la memoria. XXV aniversario de El Colegio de la Frontera Norte. México: El Colef.

Contreras, Óscar, y Cristina Puga (coords.) (2018). Las ciencias sociales y el Estado nacional en México. México: Fondo de Cultura Económica.

Puga, Cristina, y Óscar Contreras (2016). Informe sobre las ciencias sociales en México. México: Consejo Mexicano de Ciencias Sociales/Foro Consultivo Científico y Tecnológico. Disponible en <http://foroconsultivo.org.mx/libros_editados/Ciencias_sociales_mexico_COMECSO-2016.pdf>.

Rodríguez, Abelardo (1983). “El Centro de Estudios Fronterizos del Norte de México, A.C. (Cefnomex)”. Estudios Sociológicos 1 (2): 387-398. Disponible en <https://estudiossociologicos.colmex.mx/index.php/es/article/view/1307/1307>.

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Revista Mexicana de Sociología. México, D.F. ISSN: 0188-2503/15/07704-02.