Universidad Nacional Autónoma de México • Instituto de Investigaciones Sociales

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Rosalba Casas Guerrero llegó a la dirección del Instituto en 2005 y, al igual que algunos de sus predecesores, se propuso hacer transformaciones importantes. Ella presentó un plan de trabajo que contemplaba:

[…] el desarrollo institucional mediante la revisión y actualización de las formas de gestión académica, el fomento a la vida académica, la puesta en marcha de acciones incluyentes y participativas, buscando dinamizar internamente a la comunidad e incrementar la visibilidad externa de nuestro Instituto (Perló Cohen, 2017b: 162-182).

Las principales líneas estratégicas que se impulsaron en los ocho años que Casas Guerrero estuvo al frente del IIS se sustentaron en la concepción de una dirección académica que privilegió el trabajo colegiado, el trabajo en equipo para la gestión institucional, basado en principios de orden académico, normas institucionales, y en la generación de acuerdos, priorizando los valores de la UNAM. En ese periodo la planta académica se renovó y se fortalecieron las redes institucionales nacionales. Uno de los signos distintivos fue la elaboración de un diagnóstico que le permitió al Instituto reorganizar sus áreas en función de una agenda: la difusión del conocimiento de las ciencias sociales (Perló Cohen, 2017b: 162-182).

Ésta es la manera en que la doctora Casas Guerrero visualizó el papel de la RMS dentro de su plan de trabajo:

Al iniciar la gestión 2005-2009, la Revista Mexicana de Sociología contaba con un gran prestigio y calidad. Por tratarse de uno de los activos más relevantes del Instituto, se llevaron a cabo varias acciones para incrementar su calidad, pero sobre todo su proyección nacional e internacional.

 

En los Planes de Desarrollo Institucional para el periodo de la gestión (2005-2009), y posteriormente para el periodo 2009-2013, se planteó incrementar la visibilidad de la RMS y su difusión por medios digitales. Asimismo, se planteó incorporarla al Thomson-Reuters Citation Index, así como la utilización de nuevos programas de cómputo para la edición de revistas y la difusión en texto completo y en libre acceso (Rosalba Casas Guerrero (RCG), 10 de octubre de 2018).

Quizás éste sea el periodo en el que la RMS tuvo sus transformaciones más importantes, debido a las nuevas exigencias que implicaba la pertenencia al padrón de revistas de Conacyt y a la necesidad de dotar a la Revista con una mayor proyección internacional, además de dar respuesta al vertiginoso avance de la tecnología y a las exigencias de publicarla en versión electrónica.

Durante esta gestión la Revista Mexicana de Sociología tuvo cuatro directores: la doctora Natividad Gutiérrez Chong continuó con esta responsabilidad, asumida en la gestión anterior (2001-2005), hasta agosto del 2007. El doctor Francisco Valdés Ugalde, investigador titular de este Instituto, asumió el cargo a partir de agosto de 2007 y hasta 2010, cuando lo reemplazó el doctor Hira de Gortari en 2010, y posteriormente la doctora Matilde Luna Ledesma desde 2011.

 

En estos ocho años, el comité editorial de la Revista, compuesto por tres miembros internos del Instituto y cuatro externos de otras instituciones prestigiadas en ciencias sociales sesionó regularmente en forma trimestral (RCG, 2018).

En el tiempo que Casas Guerrero fue directora del IIS se llevaron a cabo tres procesos de evaluación de la RMS: dos efectuados por el Conacyt en 2007 y en 2012, y otro que realizó el propio comité editorial de la Revista en 2011:

En 2007, el Conacyt renovó la pertenencia de la RMS al Índice de Revistas Mexicanas de Investigación Científica y Tecnológica. La solicitud fue presentada por la doctora Natividad Gutiérrez Chong, entonces directora de la RMS. El proceso de evaluación consideró el periodo 2001-2006.

En 2012 recibió nuevamente la aprobación de la permanencia de la Revista por cinco años en el mencionado Índice, en cuyo dictamen se reconoció su “excelente trabajo editorial” (2012). La solicitud fue presentada por la doctora Matilde Luna Ledesma, entonces directora de la RMS.

Estas renovaciones en el Índice del Conacyt permitieron contar con un financiamiento adicional para su publicación, consistente en 100 000 pesos anuales, adicionales a una cantidad equivalente puesta por el Instituto en su edición, apoyo que resultó muy importante, dado lo reducido del presupuesto del Instituto.

Como resultado del examen diagnóstico de la RMS realizado en el marco de la reunión extraordinaria del comité editorial de 2012, con los propósitos de mejorar las normas que la rigen, lograr un posicionamiento más destacable en el campo de las ciencias sociales y rediseñar políticas editoriales, se realizaron los siguientes cambios normativos: en la cuarta reunión ordinaria de 2011 se actualizó el reglamento del comité editorial de 2001; se realizaron también cambios en la composición del comité para incrementar la proporción de académicos externos a la UNAM, y se revisaron las normas editoriales con el objetivo principal de proporcionar una mejor orientación a los autores. La nueva versión apareció a partir del número 1 de 2012.

Un cambio sustantivo está relacionado con la especificación del proceso de revisión al que son sometidos los artículos propuestos para publicación y, en el mismo apartado, la especificación de los criterios principales con los cuales se realizan los dictámenes. Dentro de esta misma tarea se revisó, amplió y diversificó del padrón de dictaminadores, lo que ha jugado un importante papel para respaldar la calidad de la Revista (RCG, 2018).

Con el objetivo de que los autores tuvieran una mejor orientación sobre la correspondencia de sus propuestas de publicación con la línea editorial de la Revista, se elaboró el perfil de la RMS, cuyo texto apareció en el número 1 de 2013.

En reconocimiento a su calidad editorial, en mayo de 2011 la Revista recibió una felicitación del Programa de Revistas Científicas y Arbitradas de la UNAM, que buscó aumentar la visibilidad y la calidad editorial de las revistas editadas por la Universidad. La RMS fue reconocida por cumplir con el conjunto de los 14 criterios de calidad de corte internacional establecidos por el Programa (RCG, 2018).

El avance de la tecnología en apoyo de la ciencia hizo que las versiones electrónicas de las revistas demandaran un trabajo adicional, tanto en la edición de sus contenidos como en su difusión. Esto implicó a su vez el desarrollo de nuevas habilidades profesionales y la necesidad de una capacitación especializada.

Entre 2011 y 2013 se instrumentaron actividades de capacitación orientadas a la administración de contenidos y dictamen en línea, así como para la alimentación de información actualizada en índices de acceso a texto completo, y se participó en conferencias, seminarios y talleres para editores organizados por el Programa de Revistas Científicas y Arbitradas de la UNAM, el Consorcio Nacional de Recursos de Información Científica y Tecnológica (Conricyt), JSTOR y diversas plataformas nacionales e internacionales.

 

En 2012 se inició la operación mixta de los procesos de administración de contenidos a través de OJS (Open Journal Systems) y del proceso regular de recepción y dictamen de los trabajos propuestos para publicación vía correo electrónico. Y hacia el final de mi gestión los números completos de la RMS, de 1939 a 2009, podían consultarse en línea en JSTOR, y de 2008 a 2013 en SciELO, entre otras fuentes (RCG, 2018).

La consolidación de las versiones electrónicas de las revistas especializadas permitió dar una mayor visibilidad a la RMS y avanzar de manera muy rápida en el objetivo de su internacionalización, más allá de las fronteras de América Latina. Al respecto, Casas Guerrero comenta:

Otro de los aspectos que recibió una gran atención fue la inclusión de la Revista en diversas bases de datos para darle una mayor proyección. Los logros fueron importantes: la RMS ingresó a la Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe (Redalyc) en texto completo, desde el número 1 de 2004. Era una de las pocas revistas publicadas en español en ciencias sociales que no había solicitado su ingreso a esta base de datos en línea y repositorio digital de textos científicos en acceso abierto, lo que ha ampliado su difusión.

 

En 2012 se aceptó el ingreso de la RMS a Scopus, la mayor base de datos de citas y resúmenes de bibliografía revisada por pares sobre revistas científicas, libros y actas de conferencias.

 

La Revista se ubicó en el primer lugar de las 10 revistas más consultadas en español en la base JSTOR durante 2012. A esta base se ingresa por invitación. En ese año sólo tres revistas de la UNAM pertenecían a ella. Su ingreso fue en la gestión del doctor Millán Valenzuela, pero durante mi gestión el alto índice de consultas generó para el Instituto regalías anuales importantes.

 

Además, se amplió considerablemente la cobertura de las fuentes que indizan la Revista: Citas Latinoamericanas en Ciencias Sociales y Humanidades (CLASE); csa Worldwide Political Science Abstracts; Dialnet; Google Scholar; Handbook of Latin American Studies (HLAS); Hispanic American Periodicals Index (HAPI); Índice de Revistas de Educación Superior e Investigación Educativa (IRESIE); Internationale Bibliographie der Geistes-und Sozialwissenschaftlichen Zeitschriftenliteratur; Social Services Abstracts; Sociological Abstracts, Scopus (RCG, 2018).

En 2009 la Revista Mexicana de Sociología cumplió su aniversario número 70 y entre marzo y junio de ese año se organizaron una serie de eventos para festejarlo.

Se celebró el Encuentro de Ciencias, Artes y Humanidades en el Instituto, en cuyo marco se organizó una mesa redonda con ex editores y directores sobre los derroteros de nuestra revista. También se organizó el coloquio Las Revistas de Ciencias Sociales: Problemática y Perspectivas, cuya inauguración fue presidida por el rector de la Universidad. Asimismo, se publicó un número especial conmemorativo en diciembre de 2009, en el que se abordan algunos de los problemas de las ciencias sociales (RCG, 2018).

Después de que René Millán Valenzuela y Sara Lara Flores acordaran crear un área autónoma para el desarrollo de los procesos académicos y operativos de la Revista Mexicana de Sociología, su primera directora, a finales de 2001, fue Natividad Gutiérrez Chong. Ella impulsó una serie de cambios que detalla:

Hubo interesantes cambios. Fue el momento en que la Revista entró a un proceso de lo que llaman “la normalización”. Antes aparecía con portadas muy diferentes, y los números eran muy diversos: a veces salía con siete artículos, a veces con cuatro, había muy pocos y era necesario esperar a que llegaran otros. Eso hacía muy difícil la administración de la Revista, pero también eran otros tiempos. Esto coincidió con la política de Conacyt en 1993, cuando se forma el padrón de las revistas de excelencia; entonces la entró por supuesto a ese padrón y recibió algunas recomendaciones importantes que se incluyeron de la manera más rápida posible.

 

El número 4 de 2002 fue el último que salió con portada diferente y con mucha heterogeneidad en el número de sus artículos. A partir de 2003 todos los números han tenido un formato. Esto es importante destacarlo porque como decía: sale esta recomendación de Conacyt, de que las revistas tienen que entrar a un proceso de normalización, porque si no, no estamos siendo eficientes en esa producción de conocimiento, y las ciencias sociales nos íbamos a quedar muy rebasadas. Las otras revistas, de biología, de medicina, ingeniería, ya habían empezado ese proceso; nosotros nos quedamos un poco atrás. ¿Esto qué quiere decir? Que el diseño de la portada se estableció; ahora es más bonita que antes. Eso ha sido gracias también a la tecnología. Se unificó y también se hicieron algunos cambios importantes, como el hecho de que la Revista llevara cinco artículos de fondo y una nota, porque siempre había un artículo que quedaba un poco “¿dónde lo ponemos, no?”, como en el caso de una reflexión sociológica de Elinor Ostrom, por ejemplo, una traducción de su trabajo sobre capital social. No era necesariamente un artículo con las especificaciones de las normas editoriales, pero tampoco era un texto que podía dejarse de lado. Se incluyeron reseñas bibliográficas, hasta cinco o seis, como fuera el caso. Ha sido importante la normatividad, la normalización de ese formato, porque eso ha permitido varias cosas. Por ejemplo, hizo posible que inmediatamente pudiésemos reconocer que se trataba de la Revista Mexicana de Sociología porque, si bien era bonita, cada portada era muy diferente y eso complicaba también el proceso de estandarización (Natividad Gutiérrez Chong (NGC), 24 de septiembre de 2018).

La normatividad establecida por Conacyt para la permanencia de las revistas especializadas en su padrón de excelencia determinó buena parte de los cambios que sucedieron durante este tiempo, en aras de lograr una mayor profesionalización de la RMS y cumplir con los estándares requeridos por el Consejo.

Otro asunto que se tomó muy en cuenta, que ayudó a esta profesionalización de la Revista, fue la recepción; poner las fechas de recepción y de envío de artículos. Esto también fue una recomendación que recibimos de Conacyt. También recibimos la recomendación de no hacer números temáticos más de una vez cada determinado número de años, porque es un poco problemático. Y eso es tema de discusión, pero el argumento era que, mientras se buscaba el tema de un número —por ejemplo, capital social—, por otra parte había que manejar y administrar la recepción de otros artículos, y éstos tenían que ser rezagados para darle prioridad al número temático. La decisión que se tomó fue que no haríamos números temáticos, a menos que fueran realmente justificables.

 

Otra observación que tomamos en cuenta fue la numeración continua de las páginas, porque eso permite ver los volúmenes por años, a diferencia de empezar la numeración revista por revista o año por año (NGC, 2018).

Uno de los logros que destacó la doctora Casas Guerrero en torno a la proyección internacional de la Revista fue la invitación de JSTOR para que la publicación formara parte de sus acervos. Gutiérrez Chong comenta al respecto:

Cuando la Revista se empezó a normalizar, recibimos la invitación de JSTOR, archivo digitalizado de mucho prestigio al que no se accede porque quieres estar ahí, sino porque te invitan. Recibimos la invitación de JSTOR y pudimos cumplir con sus requisitos. En ese entonces la tecnología digital estaba un poco en pañales y JSTOR digitalizó los 30 primeros años de la Revista. Supongo que va actualizándose conforme a la tecnología digital, pero eso fue muy importante porque permitió a la Revista posicionarse o reposicionarse en el ámbito de las ciencias sociales, porque con alguna nostalgia decíamos “la Revista cuando era tal y era la más importante”; era de las poquísimas revistas en ciencias sociales que había y por eso se escribía sobre Vilfredo Pareto y había artículos de Émile Durkheim; en fin, era una revista importantísima porque era “la revista”. Se quedó como tal por mucho tiempo, pero necesitaba modernizarse, y cuando lo hace vuelve a ser “la revista”, porque muchas publicaciones nos toman como ejemplo. Entre las revistas de Conacyt, también era tomada como ejemplo para aquellas que estuvieran teniendo problemas en su profesionalización (NGC, 2018).

Uno de los procesos más sensibles de las revistas especializadas es el del arbitraje, porque existe en él un factor de subjetividad que debe considerarse, así como establecer mecanismos para que su influencia no sea determinante en la evaluación de la calidad del contenido de los artículos. Durante la etapa en la que Gutiérrez Chong fue directora de la RMS se desarrollaron estos procedimientos:

Sobre el proceso de arbitraje, también aquí la Revista hizo una contribución importante. Si bien se venía formando una cartera de árbitros, también ésta fue profesionalizándose; sobre todo, las decisiones no solamente correspondían a una persona, en este caso director o directora de la Revista, sino a un comité editorial. Éste fue el responsable de asignar arbitrajes en la modalidad que ya todos conocemos. A partir de que tuvimos un reglamento más establecido, atendiendo a las indicaciones de la modernización que nos estaba exigiendo Conacyt, también requerimos constancia de esos comités editoriales, minutas de las reuniones.

 

Esas minutas de las reuniones han sido muy útiles. Después de que entré en un periodo sabático y de que dejé de ser la directora de la Revista, el consejo editorial de la RMS y del padrón de revistas de Conacyt me invitaron a fungir por dos periodos como uno de sus miembros, y ahí vi que el arbitraje es muy heterogéneo y se realiza de muy diferentes maneras, pero tomando en consideración la importancia de llevar minutas eso reduce mucho la ambigüedad de los procesos. Cuando estábamos en esas revisiones del comité editorial había cajas llenas de arbitrajes, de dictámenes. Por supuesto que no podía revisarse todo. Lo que nos ayudó a evitar ser inconsistentes en las revisiones de los arbitrajes fue que los comités editoriales hicieran minutas de las reuniones. Creo que eso también es parte de este proceso de modernización y de estabilización de normalización de la Revista (NGC, 2018).

A lo largo de su historia, el comité editorial de la Revista Mexicana de Sociología adquirió un papel protagónico en las decisiones que se toman con respecto a contenidos, estándares de calidad, normas editoriales y de arbitrajes, además de la imagen gráfica.

El comité editorial es la columna vertebral de la Revista. Sin duda. Porque toma las decisiones de los arbitrajes y también los arbitrajes van a responder a veces de forma contradictoria o polémica. Y queda dentro de la discusión con el responsable de la Revista la solución a los diversos puntos de vista sobre un determinado artículo, pero el comité editorial es desde luego fundamental.

 

El comité editorial recibía una lista de la cartera de árbitros y designaba a los dictaminadores. A veces el título del artículo era muy amplio, por ejemplo: “La guerra en el siglo XX”. ¿Qué hacíamos con el artículo “La guerra en el siglo XX”? En este caso, un miembro o dos miembros del comité editorial lo leían, lo revisaban y recomendaban si seguía o se quedaba (NGC, 2018).

En esa etapa, la revisión de los artículos por los miembros del comité no era un procedimiento de rutina.

Más adelante sí se volvería rutinario, pero era con casos excepcionales, como un texto de muchos autores con el profesor o con títulos muy vagos; se hacía una revisión de cada artículo y se recomendaba seguir con el proceso de dictaminación o ya informarle desde ese momento al autor que hasta ahí quedaba el artículo.

 

El comité se reunía cada mes con la asistencia algunas veces del director y de la secretaria académica. No asistía, digamos, el aspecto de producción. Era solamente un tema de evaluación académica (NGC, 2018).

Si bien el funcionamiento del comité editorial se ha ido consolidando y perfeccionando con el tiempo, no ha sucedido lo mismo con el consejo asesor internacional:

Con el consejo asesor internacional hubo una interlocución, pero fue más bien a nivel individual. Yo, por ejemplo, conociendo a algunos de ellos, entré en contacto, por ejemplo, con Alan Knight, con Anthony Giddens, pero no se concretó nada. Es más, el consejo asesor internacional, es bueno tenerlo ahí, pero casi no hay comunicación con sus miembros (NGC, 2018).

La tendencia en torno al contenido fue hacia la diversificación de temas a partir del rigor académico de las investigaciones, y en mucha menor medida bajo la influencia del contexto político y social del momento.

Debemos considerar que la Revista produce artículos académicos que tienen un promedio de seis meses de publicación, de manera que no son artículos periodísticos, sino artículos de fondo; que recogen otro tipo de problemáticas, a mayor profundidad, y con técnicas de investigación con las que se demuestra una tesis o se responde a una pregunta; una hipótesis. Eso siempre va a ser un dilema para la Revista: no es una publicación de artículos de actualidad, van a salir siempre “tarde”, pero eso no significa que no sean relevantes. Cada artículo de investigación serio debe tener un estado del arte; los mejores artículos son los que tienen un manejo eficiente de varias referencias y logran hacer ver el estado del arte de lo que se está produciendo. Esto no va a ser una respuesta a tono con lo que va ocurriendo en el contexto político social. La Revista refleja la importancia de llevar a cabo las recomendaciones de la política editorial de Conacyt para formar parte de su padrón de excelencia. Hubo un esfuerzo continuo, que empezó en 2003, para ajustarnos a esa normatividad y que continúa, se va perfeccionando y mejorando, desde luego (NGC, 2018).

A Gutiérrez Chong le tocó organizar el número de la RMS de los festejos por su 65 aniversario, que estuvo acompañado de una serie de eventos académicos.

Para este número se hicieron unas mesas para conmemorar el aniversario, Las Sociologías Contemporáneas, con temas como: “Nuevos estudios de la sociología”, “Sociología de los movimientos”. Después hicimos invitaciones a algunas personas que participaron en esas mesas y también a distinguidos colegas, y cada uno hablaba del área en que era experto.

 

En este caso el formato fue menos riguroso. Por supuesto que los textos entraron a revisión y a dictaminación, pero no con el formato riguroso de un artículo académico. Esto fue algo más conmemorativo. Y fueron varios artículos, más de 15, reflexiones para conmemorar el momento en relación con las temáticas en las cuales los colegas que participaron son expertos.

 

Hicimos una exposición acerca de la evolución física del formato de la Revista, en el vestíbulo del IIS, con el primer número de la Revista y todos los cambios por los que había pasado. Es muy interesante verlo, porque eso indica cómo se ha transformado y cómo eran las revistas en aquel momento y lo que contenían; era una publicación que tenía también muchos anuncios. Desde el primer número ha habido una evolución interesante.

 

Nuestra biblioteca tiene todos los números de la Revista. Hay una secuencia en la transformación del formato y los contenidos. Con eso se cuenta una historia visual muy interesante (NGC, 2018).

El hecho de que hubiera una directora responsable del conjunto de procesos que implica la publicación de la Revista Mexicana de Sociología permitió una mayor interlocución no sólo con los miembros del comité editorial, con los autores y con los dictaminadores, sino también con los directores de otras revistas especializadas que comenzaban a formar espacios de discusión colegiados donde se pensaban las directrices que debían seguir las publicaciones para lograr una mayor proyección nacional e internacional.

En México, cuando yo estaba en la Revista, hubo esfuerzos importantes convocados por Redalyc, que está en la Universidad Autónoma del Estado de México. Hacía varias reuniones con todos los editores y directores de las revistas del padrón de excelencia; a veces íbamos al Estado de México, a veces a Guadalajara, una vez aquí en México fuimos los anfitriones de esas reuniones. En ellas hablábamos de cómo hacer que las revistas mexicanas estuvieran también listas, preparadas, actualizadas para entrar a la competencia con las revistas extranjeras, no solamente en habla inglesa, pues también hay muy buenas revistas en Colombia, hay muy buenas revistas en Argentina. Entonces, ¿cómo hacer para que México no quedara rezagado? Esas reuniones fueron muy productivas.

 

Yo participé con la Revista en sus comienzos. ¿Cómo íbamos a ponernos de acuerdo con todos estos retos que teníamos por delante? Gracias a la visión de Eduardo Aguado, quien no dejó que cada revista enfrentara los retos de manera sola y aislada: hubo una forma de intercambio de experiencias, de escuchar cómo hacían otras revistas, cómo estábamos entrando en esa otra fase de la modernización.

 

La idea que quiero dar es que, un poco como dice Eduardo Aguado, la Revista tiene que incorporarse a las dinámicas de cambio. No sólo por ser la Revista Mexicana de Sociología es que sigue estando a la vanguardia, sino por el esfuerzo que hemos seguido haciendo para impulsarla y mantenerla con ese prestigio (NGC, 2018).

A partir de 2008, Francisco Valdés Ugalde fue director de la Revista Mexicana de Sociología. En consonancia con la idea tanto de los directores del Instituto como los de la RMS sobre la importancia del comité editorial, fueron depurándose los criterios para que ese órgano colegiado funcionara de forma óptima.

Hicimos algunos cambios en el comité editorial de la Revista, lo estructuramos de una manera mejor reglamentada, con normas de tiempo de duración de los nombramientos, y empezó una rotación de cada dos años, balanceando siempre a los externos en mayoría respecto de los internos, que deben estar en minoría, es decir, los internos colegas del Instituto e investigadores e investigadoras, y lo mismo colegas externos, para que la visión del comité editorial fuera lo más imparcial posible respecto de la política editorial (Francisco Valdés Ugalde (FVU), 11 de octubre de 2018).

Valdés Ugalde coincide con la opinión de los colegas que lo antecedieron en la dirección de la Revista al considerar que el papel del comité es fundamental para asegurar su prestigio y reconocimiento.

El papel del comité fue muy activo. Teníamos reuniones periódicas, normalmente una vez al mes, más o menos al ritmo de la publicación de los números de la Revista, es decir, teníamos una o dos reuniones de comité editorial por cada número que se iba a editar. Esto es importante señalarlo: íbamos muy anticipados en el comité editorial porque lo que estábamos discutiendo era casi lo que iba a aparecer un año después, es decir, llevábamos ya una gran ventaja en términos de la aprobación de los números que ya estaban integrados y cerrados, con respecto a la recepción de los artículos para la integración de nuevos números de la Revista en el volumen anual correspondiente.

 

También todo fue muy activo desde el punto de vista de sugerir políticas editoriales y temas para pedir colaboraciones. La Revista no se dedicó solamente durante ese periodo a recibir contribuciones, sino también a incentivar la llegada de colaboraciones o de temas de frontera. Entonces el comité discutía, planteaba temáticas y aspectos de desarrollo de las ciencias sociales o de la sociología en particular y le encargaba a la dirección de la Revista buscar, sondear, hacer convocatorias, promover que llegaran ar-tículos de ese tipo de temáticas. Lo que se publicó fue el resultado de esos esfuerzos (FVU, 2018).

A diferencia de lo que sucedió en otros momentos, durante la etapa de Valdés Ugalde al frente de la RMS hubo una mayor interlocución con los miembros del consejo asesor internacional.

De hecho, hubo ajustes en el consejo asesor internacional, pero sí había interlocución, particularmente con la solicitud de contribuciones; recurríamos al consejo asesor internacional para pedir ilustración, para pedir que si conocían colegas que estuvieran trabajando en determinadas líneas de investigación, los animaran a enviar colaboraciones a la Revista, y creo que funcionó muy bien (FVU, 2018).

Los criterios de calidad de la Revista no sólo se fijaron en torno a la composición e imparcialidad del Comité, también se observaron en la selección de los artículos y en la dictaminación.

Continuamos también con una política de alta tasa de rechazo de artículos. No recuerdo en este momento si llegamos al 70%, pero creo que andábamos entre 60% y 70% de rechazo de artículos. ¿Esto qué significa? Significa que los criterios de selección son muy exigentes y la demanda por publicar en la es muy amplia.

 

Hay siempre mucho interés en publicar en nuestra revista por parte de la comunidad científica de habla hispana y también de otras latitudes, de otros países y de otras lenguas, pero esa demanda se tiene que controlar de una manera, digámoslo así, “profesional”, que consiste básicamente en mantener una selección de lo mejor de lo mejor. Siempre recibimos colaboraciones de muy buena calidad por lo general pero aún es necesaria la revisión por parte del comité editorial de la Revista, que fue otra característica que nosotros establecimos, así como una prelectura por parte de los miembros del comité editorial y la decisión de éste sobre si el artículo presentado vale la pena para enviarlo a dictaminación; una vez tomada esa decisión, se enviaba a dictaminación de doble ciego, a dos dictaminadores. Esto consiste en que dos dictámenes favorables con plena justificación significan aceptación; uno negativo y uno positivo significa un tercero para desempatar, y si éste es positivo, el texto queda aceptado para publicación; si es negativo, se rechaza definitivamente; desde luego, si al principio hay dos dictámenes negativos, se rechaza la publicación (FVU, 2018).

En términos de contenido, durante la gestión de Casas Guerrero se dio un fuerte impulso al análisis del estado de la cuestión en las distintas disciplinas de las ciencias sociales. En este contexto, en la RMS se hizo énfasis en la discusión del papel de las revistas científicas en la divulgación del quehacer académico.

Otra actividad que realizamos que sí se reflejó de alguna manera en la Revista, porque alguno de los números que a mí me tocó editar contuvieron parte de esa discusión, fue promover debates acerca del papel de las revistas en ciencias sociales, de las revistas científicas. En ese periodo estábamos en un momento en el país en que se elevaron los niveles de exigencia por parte del Conacyt para que las revistas pertenecieran al padrón nacional de revistas de calidad. Nuestra publicación siempre estuvo muy bien calificada, si no recuerdo mal, siempre estuvimos en el nivel internacional, en el primer nivel de calificación. A través de discusiones con otras revistas, colegas, directores y la comunidad científica, incentivamos varias mesas redondas de discusión sobre el papel de la indexación, el papel de la política editorial, qué tipo de política científica deben seguir las revistas, etcétera (FVU, 2018).

Otros factores que influyeron en el contenido de la Revista fueron las tendencias académicas del momento y el interés de los autores de acogerlas en los artículos que se presentaban a consideración.

Los criterios de selección para artículos siempre fueron la calidad, la novedad y la creatividad de la contribución. Nuestro énfasis no estuvo puesto en la coyuntura política ni en la económica, es decir, no en lo que estaba pasando día a día en el país y en el mundo, aunque eso desde luego determina las temáticas, influye sobre lo que los académicos están pensando e investigando, pero los criterios más importantes de selección y de aceptación de trabajos fueron los de la calidad y la novedad de la contribución, casi siempre buscando que fueran contribuciones novedosas o de frontera.

 

Trabajábamos conscientes del contexto en pleno proceso. Estamos hablando del final de los 2000, estábamos en gobierno de transición y eso marcaba un poco la pauta de la vida del país. Salvo el interés de los investigadores por trabajar sobre temas relacionados con la transición política, con los problemas socioeconómicos derivados de ella, etcétera, no había una interferencia o una situación que por parte del contexto nos influyera en un determinado sentido (FVU, 2018).

En la medida en que la versión electrónica de las revistas especializadas fue ganando terreno a la versión escrita, se precisó establecer políticas editoriales específicas para asegurar una mayor proyección de la RMS a través de la red de redes. En la UNAM se optó por dar acceso abierto a sus publicaciones y esto, junto con presencia de la RMS en las bibliotecas virtuales que mencionó la doctora Casas Guerrero, contribuyó a incrementar los índices de consulta de la Revista.

La Revista ya estaba indexada en JSTOR cuando yo asumí. Esto fue una gran contribución que se hizo previamente. El tema principal con el que tuvimos que ver fue con el acceso abierto, porque en ese momento JSTOR no era acceso abierto, era un índice de paga, era un índice por el cual se paga por entrar. En ese momento también estaban empezando a aparecer las políticas y los índices de open knowledge. Diez años después de aquella experiencia, ha sido una tendencia que se ha acentuado de manera muy fuerte, muy poderosa, y cada vez más vamos hacia la tendencia de que todo el conocimiento producido con financiamiento público tiene que ser público, sin cobrarlo, porque ya lo pagó el Estado. Ese fue un tema de discusión y debate permanente. Nosotros no lo resolvimos de manera definitiva aunque la Revista se mantuvo siempre abierta, con la posibilidad de consultarla en línea. A medida que las técnicas de acceso a Internet permiten mejoras, esto se ha hecho cada vez más un hábito. Con ese tema nos topamos cuando empezaba a discutirse muy tempranamente. Posteriormente, ya años después, se llegó, incluso, a la legislación en materia de conocimiento abierto y de acceso a la información pública. Por lo menos en las universidades públicas, los investigadores somos trabajadores del Estado, y como se nos paga con los impuestos y los recursos del Estado, lo que nosotros generamos como conocimiento debe ser público. Ese criterio es el que hoy se suele aplicar en esos temas, y eso genera complicaciones. Por ejemplo, respecto de si se pueden o no vender las revistas o los libros, de si la venta es para la simple recuperación del costo o si hay posibilidad de tener una ganancia para el pago de regalías o no; en fin, esas eran las discusiones que teníamos en ese momento respecto a política editorial (FVU, 2018).

Así describe el doctor Valdés Ugalde su experiencia como director de la RMS:

Fue un honor para mí haber tenido la oportunidad de dirigir la Revista, así como una experiencia de un aprendizaje invaluable, realmente. Me siento muy contento y muy satisfecho de esa experiencia. Desde luego, yo me mantengo al día con la Revista, sigo siendo un lector asiduo de nuestra gran Revista Mexicana de Sociología (FVU, 2018).

Manuel Perló Cohen fue nombrado director del IIS en agosto de 2013. Los principales objetivos de su plan de trabajo fueron:

Reforzar los vínculos del IIS con la sociedad, los gobiernos —en ámbitos nacionales e internacionales— y entidades académicas dentro de la UNAM y fuera de ella, a nivel nacional e internacional. Esto implicaba impulsar la presencia del Instituto en la discusión con sus pares de la academia y en el debate público (Perló Cohen, 2013: 21).

Con el propósito de impulsar la presencia del Instituto en estos entornos, se desarrolló el proyecto colectivo El Futuro de México en 2035: Una Visión Prospectiva, cuyo objetivo central era integrar una mirada hacia el futuro del país a partir de un conjunto de diagnósticos temáticos, a través de trabajos construidos desde distintas perspectivas y metodologías, que permitirán contribuir a la comprensión de la realidad sociopolítica nacional actual, y participar en el debate sobre los principales retos y oportunidades que la nación debe enfrentar.

Durante la dirección de Perló Cohen se planteó una estrategia que le permitiera a la RMS tener más visibilidad.

La carencia de una política de difusión, comercialización de los resultados de productos derivados de las investigaciones, había una preocupación en relación a eso, así como promover y difundir las publicaciones del Instituto mediante modelos, sistemas de distribución, comercialización y venta. Ése fue uno de los objetivos.

 

Otro objetivo fue desarrollar una página web independiente para la Revista Mexicana de Sociología y se logró. Este objetivo se planteó en 2013.

 

La Revista Mexicana de Sociología es una de las áreas del Instituto que mejor trabajan; yo la encontré muy bien y la verdad es que traté de agregarle algunas cosas, pero no es un área problemática… Aparece con una puntualidad impresionante, es una maquinita (Manuel Perló Cohen (MPC), 31 de octubre de 2018).

Como siempre desde su constitución, el comité editorial jugó un papel preponderante dentro de las responsabilidades de la RMS. Durante la dirección de Perló Cohen este órgano colegiado tuvo una importante renovación.

Se renovó el comité editorial de la RMS porque ya estaba en esa situación de que los personajes que estaban eran muy buenos, entonces se decía “son muy buenos ¿por qué los vas a cambiar?” Son muy buenos, no hay duda, pero tenemos un reglamento que establece periodos. Un elemento importante fue aplicar las normas internas del Instituto para renovar el comité editorial de la Revista y eso ha permitido mantenerlo muy activo, muy vivo, y ha hecho posible una circulación también de académicos de distintas instituciones. La renovación del comité editorial cumplió con las disposiciones internas del Instituto (MPC, 2018).

En cuanto a su papel dentro del comité, comenta:

Creo que también hay que tener en cuenta que cuando entra uno a un cargo directivo, y como en este caso le toca ser presidente del comité editorial, hay que saber también tomar las cosas buenas que encuentres. Por ejemplo, yo ratifiqué a la doctora Matilde Luna Ledesma como directora de la Revista Mexicana de Sociología porque estaba funcionando perfectamente bien, porque es una publicación de prestigio, muy conocida, la más consultada.

 

Asistí a absolutamente a todas las reuniones del comité. Eso es imprescindible. La vida de la Revista Mexicana de Sociología tiene que ver fundamentalmente con su órgano colegiado, su órgano dictaminador. Su comité editorial es muy importante y eso significa que el director tiene que estar siempre presente. Quizá en los cuatro años, en dos o tres sesiones no pude estar todo el tiempo, o se me atravesó un consejo universitario y no pude llegar, pero son excepciones.

 

La mayor parte del tiempo estaba yo y de hecho participaba también en la dictaminación de aquellos trabajos que tenían que ver con mi disciplina. Me daban un par de trabajos porque toda la labor de predictamen, que es fundamental en la Revista Mexicana de Sociología, se hacía internamente. Entonces teníamos sesiones de tres horas, de cinco a ocho de la noche, en las que cada uno de los integrantes del comité editorial a los que se les habían asignado artículos para un predictamen, para ver si se mandaban o no a dictamen, hacía comentarios muy precisos de por qué había que mandar a dictamen ese artículo o por qué no. Entonces hacíamos una labor realmente de calificación inicial, pero de mucha calidad, porque estaba basada en un dictamen por escrito de los integrantes del comité y una discusión en el colectivo; la vida colectiva del comité editorial era fundamental. Ahí es donde está la base de la calidad de las revistas: en su vida colegiada, en sus discusiones, en plantear ante el comité los criterios por los cuales un trabajo se mandaba a dictamen o no […].

 

Para mí lo más importante fue que el comité editorial tuviera peso en las decisiones fundamentales de la Revista Mexicana de Sociología. Más que el trabajo del director para orientar de un lugar o hacia otro la Revista, era garantizar que su comité editorial tenía entera libertad y tenía la autoridad para tomar decisiones. Eso fue siempre muy importante y yo respetaba mucho las opiniones de los colegas; incluso trataba de no ejercer un peso como director.

 

Si veía que había un artículo que no era de buena calidad, aunque yo tuviera una inclinación a que sí se mandara a dictamen, la opinión de consenso mayoritaria era la que privaba. Nunca tuvimos que votar, era una opinión de consenso, y ahí es donde se aprecia la riqueza de los órganos colegiados dentro de la institución y la importancia de los comités editoriales.

 

En una conferencia que organizó el Colegio de México, básicamente lo que yo dije fue: “En mi experiencia como presidente de la colección de libros y de la Revista Mexicana de Sociología, para mí el corazón de la Revista, en términos de garantizar su calidad, su buen funcionamiento y su imparcialidad, es el comité editorial” (MPC, 2018).

Acerca del consejo asesor internacional, opina:

Eso fue algo que realmente no pude desarrollar mucho, ahí sí no pude hacer grandes cosas. No logré integrarlo a una discusión sobre la Revista Mexicana de Sociología; hubiera sido muy bueno tener una reunión donde estos académicos del consejo asesor internacional nos dieran su punto de vista, porque hay personas muy distinguidas.

 

Quizá lo que habría que pensar es en invitar a gente más accesible, a la que le puedas decir: “Estamos haciendo una pequeña encuesta entre los miembros del consejo asesor internacional para ver qué opinan de la Revista Mexicana de Sociología, de su producción del último año” (MPC, 2018).

La RMS recibe una importante cantidad de solicitudes de publicación de artículos. En este sentido, su temática es diversa y los criterios de selección obedecen a la calidad del contenido y a su consonancia con el perfil editorial de una revista de ciencias sociales. Perló Cohen se refiere así a los temas que formaron parte de los índices de la Revista durante su gestión:

Siempre hubo un balance y dependía mucho de los artículos que llegaban. Es una revista más de oferta que de demanda. La idea de los números temáticos es algo que ya no se desarrolló; era un criterio que existía en el pasado, de “vamos a hacer un número sobre las discusiones de teoría sociológica”; entonces abríamos una convocatoria y llegaban artículos sobre este tema. A veces había secciones, pero era más resultado de lo que llegaba y de cómo podíamos hacer la composición de números temáticos a pedido. Entonces no había una política. Creo que cuando yo llegué funcionaba sobre la base de la oferta, y yo mantuve ese criterio.

 

Recuerdo que en algún momento intentamos abrir nuevas secciones de la Revista Mexicana de Sociología, temas de coyuntura, por ejemplo y eso fue ya con la presencia de la doctora Yolanda Meyenberg (MPC, 2018).

A Perló Cohen y a Luna Ledesma les correspondió organizar el número especial del 75 aniversario de la Revista Mexicana de Sociología.

Lo organizamos muy coordinadamente Matilde Luna y yo. Ella me dijo: “¿Qué te parece si invitamos a uno de los editores más importantes de la realidad latinoamericana, a Philip Oxhorn?”. Quisimos hacer un balance de distintos puntos de vista: primero, alguien que estuviera muy metido en el mundo de las Revistas y de las publicaciones de América Latina pero que conociera muy bien la Revista Mexicana de Sociología. Quisimos hacer un análisis bibliométrico, que es muy importante porque hoy día también los numeritos hablan; es: ¿cuánto impacto tienes? Ésa es una preocupación creo que válida y que no podemos ignorar: ¿cuál es el impacto que tienen nuestras publicaciones en el mundo académico y fuera del mundo académico? ¿Cuánto nos leen? Ya sabemos que nos leen más vía electrónica que impresa (MPC, 2018).

Ésta es la idea de Perló Cohen del lugar que ha ocupado la Revista Mexicana de Sociología en la historia del IIS:

Le dediqué mucho tiempo. Para mí era muy importante estar presente en la Revista Mexicana de Sociología porque tiene toda una historia, tiene una presencia, porque es una tradición dentro del mundo de las ciencias sociales latinoamericanas, en fin. Es una de esas tradiciones que vale la pena continuar, pero el gran reto es cómo mejorarlas y subirlas de nivel (MPC, 2018).

Matilde Luna Ledesma fue directora de la Revista Mexicana de Sociología durante los últimos años de gestión de Rosalba Casas Guerrero y los primeros de Manuel Perló Cohen, de 2011 a 2015. Ella concibe su paso por la coordinación de la RMS como uno de adaptación a la transición digital.

Los cambios realizados en este periodo se relacionan en buena medida con el proceso de adaptación de la Revista a la llamada revolución o transición digital, que sin duda proporcionaría una oportunidad extraordinaria en materia de visibilidad, acceso y disponibilidad de información para analizar su desempeño en el ámbito de las publicaciones periódicas, y para así delinear políticas sobre bases mejor sustentadas. Este tránsito requirió, además de una nueva infraestructura, importantes esfuerzos de sistematización de datos, de capacitación en tareas con alto nivel de especialización y de coordinación de todas las personas relacionadas con las diferentes etapas y aspectos de la producción de la Revista, incluida su publicación puntual, y quienes de manera entusiasta se sumaron al proyecto y presentaron iniciativas propias. En la producción de la Revista se siguió un modelo dual, ya que también se requería la adaptación de los autores, los dictaminadores y los lectores al trabajo en línea. Como parte de este proceso, se iniciaron también los preparativos para la construcción de la propia página web de la Revista.

 

Cabe mencionar que la revolución digital vino acompañada de un movimiento internacional de acceso abierto, al cual se adhirió la Revista. Esta política, sustentada en la concepción del conocimiento como un bien público, está diseñada para permitir el libre acceso a los usuarios a la producción académica que haya sido financiada total o parcialmente con fondos públicos (es decir, sin restricciones “legales, técnicas o financieras”). Uno de los pasos más importantes en este rubro fue la aceptación y permanencia de la Revista en la Colección SciELO-México, cuyo equipo de trabajo proporcionó diversos apoyos valiosos en materia de capacitación, análisis del desempeño de la RMS y orientación en materia de política editorial.

 

La revolución digital dio lugar a un incremento sustantivo de la importancia de los índices y de las fuentes y bases de datos con acceso a los textos completos de las revistas, y con ello a la generación de estándares de control de calidad, a los cuales debió responder la Revista. Buena parte de estos estándares contribuyó a mejorar la calidad y la transparencia del proceso editorial, pero otros, como la restricción de elaborar números temáticos por la sospecha de falta de rigor, o la utilización de las citas como criterio prácticamente único de evaluación de las revistas, limitaron las posibilidades de fomentar el debate académico, de responder con agilidad a los desafíos de la disciplina o intervenir deliberadamente en la comprensión de algún acontecimiento de relevancia.

 

En el periodo se llevaron a cabo varios análisis y evaluaciones de la Revista: sobre su propia evolución y en comparación con otras revistas del mismo campo disciplinario. Además de la evaluación realizada por el Conacyt para ratificar la inclusión de la RMS en el Índice de Revistas Mexicanas de Investigación Científica y Tecnológica, destacan dos estudios externos que incluyeron recomendaciones de política editorial. Uno sobre el uso e impacto de la RMS con referencia a tres bases bibliométricas: SciELO, SciELO Citation Index y Scopus, elaborado por Antonio Sánchez Pereyra, Oralia Carrillo Romero y Patricia Garrido Villegas, del equipo de SciELO-México, que fue publicado en un Suplemento de la RMS en 2015 con motivo de su 75 aniversario, y un segundo análisis bibliométrico y documental sobre el impacto de la RMS en el nivel nacional e internacional, con énfasis en las bibliotecas de México, elaborado en 2015 como Reporte Interno No. 30 por Saúl Armendáriz Sánchez, Ricardo César Castro y Minerva Castro Escamilla, de la Biblioteca Conjunta de Ciencias de la Tierra.

 

En el mismo contexto de la transición digital, la RMS participó activamente en la conformación de la Red de Directores y Editores de Revistas Académicas y Arbitradas que, en un entorno escasamente profesionalizado y relativamente novedoso para la gran mayoría de las revistas, se constituyó en un importante foro multidisciplinario y multiinstitucional para compartir experiencias y aprendizajes, aportar ideas y soluciones a los problemas y aprovechar colectivamente los recursos propios. Más tarde, la Red daría lugar al Seminario Permanente de Editores, el cual se encuentra en 2018 en su quinta edición (Matilde Luna Ledesma (MLL), 10 de octubre de 2018).

Luna Ledesma describe la función del comité editorial como:

El trabajo colegiado, activo y comprometido del comité editorial fue fundamental en el cuidado de la calidad académica de los artículos de investigación que se publicaron en la Revista.

 

El comité, de carácter nacional y multiinstitucional, se reunía de manera regular y presencial cuatro veces al año, y en ocasiones que así lo ameritaban se reunía de manera extraordinaria (por ejemplo, para comentar sobre el estado de la Revista en un momento dado o para discutir cambios en sus procesos de producción y normas operativas). Se buscó que los miembros del comité, además de tener reconocimiento en su área de especialidad y de ser representativos de distintos campos de conocimiento en el ámbito de las ciencias sociales, tuvieran el compromiso y la posibilidad de participar activamente en las reuniones del comité editorial.

 

A las reuniones siempre asistió la directora del Instituto, Rosalba Casas, y después el director Manuel Perló, quienes en sus respectivos periodos fungieron en calidad de presidentes del comité. Ambos desarrollaron las mismas tareas que el resto de los miembros y siempre fueron respetuosos de las decisiones del comité y apoyaron las decisiones que concernían a la dirección de la Revista.

 

Entre las principales funciones que realizaba el comité se encontraban las siguientes: la revisión, en versión anónima, de los artículos recibidos; la elaboración de una opinión sobre la medida o el sentido en que los artículos revisados cumplían satisfactoriamente o no con el perfil de la Revista; la selección de los trabajos que en función de dicha opinión serían enviados a dictamen; la elección de las mejores opciones para el dictamen de los trabajos (siempre y cuando se cumpliera la norma de que los dictaminadores no fueran de la propia institución, dependencia o grupo de trabajo de los autores); la revisión de los dictámenes; y la determinación, con base en los dictámenes recibidos, de la publicación o rechazo de los trabajos.

 

Para cumplir con estas funciones se consideró imprescindible una discusión razonada que permitiera sopesar colectivamente los argumentos, las evaluaciones y las propuestas del conjunto de los miembros del comité, y finalmente se arribara a las mejores decisiones académicas. Los acuerdos se tomaban por consenso, y solamente en casos excepcionales de un abierto desacuerdo se tomaban por votación (MLL, 2018).

En cuanto a la interlocución con el consejo asesor internacional, la doctora Luna Ledesma habla de su importancia para reiterar el prestigio de la RMS:

El consejo asesor internacional, integrado entonces por 13 distinguidos académicos de diversas partes del mundo, es sin duda un órgano que refuerza el prestigio de la Revista, y a la vez es muestra del reconocimiento que ésta tiene en el nivel internacional.

 

En el periodo, a los miembros del consejo asesor internacional el Departamento de Publicaciones siempre les envió un ejemplar de los números publicados, pero no hubo, salvo un par de solicitudes de dictamen amablemente atendidas, una interlocución más sistemática con ellos. Aunque se visualizó la idea de armar un número con la colaboración de algunos de los miembros del consejo asesor internacional, la restricción de artículos invitados o números temáticos prácticamente impuesta por los órganos externos de evaluación de la Revista nos hizo desistir de tal propósito (MLL, 2018).

En el tiempo en el que Luna Ledesma fue directora se pusieron al día las normas de contenido, edición y funcionamiento colegiado de la RMS. Así, se actualizó el reglamento del comité editorial, se revisaron las normas editoriales y se elaboró un nuevo perfil de la Revista.

La actualización del reglamento se hizo principalmente para dotar a este órgano de un papel más activo y deliberativo en la vigilancia de la calidad académica de la publicación. También se revisaron las normas editoriales, con el objetivo principal de proporcionar una mejor orientación a los autores ante un elevado índice de rechazo. Un cambio importante se relacionó con la explicación del proceso de revisión al que son sometidos los artículos propuestos para publicación y, en el mismo apartado, con la especificación de los criterios principales con los cuales se realizaban los dictámenes. En este mismo sentido, junto con el comité editorial se elaboró el perfil de la Revista, cuyo texto aparece a partir de 2013 (MLL, 2018).

En cuanto a la selección de los artículos, además de la aprobación del comité editorial para su envío a dictamen, se diseñó un formato para homogeneizar los criterios de dictaminación.

Los artículos publicados debieron responder positivamente a los criterios académicos que se enuncian a continuación, además de ser afines a los campos disciplinarios propios de la Revista y cumplir debidamente con las normas editoriales.

 

Asimismo, los artículos debieron contar con al menos dos dictámenes positivos y, en su caso, haber hecho los cambios requeridos o justificados satisfactoriamente los no realizados.

 

Con la finalidad de que el arbitraje de los artículos fuera riguroso, especializado y argumentado, además de buscar la idoneidad de los árbitros con respecto a los temas, problemas y metodologías de los artículos sometidos a la Revista, se solicitó que los dictámenes se fundamentaran con los siguientes criterios y otros que el dictaminador juzgara pertinentes:

  • Relevancia temática y originalidad.
  • Consistencia y estructura de la exposición de objetivos.
  • Suficiencia de la discusión de la materia y contribución para el avance de la disciplina.
  • Correspondencia de la metodología con los objetivos de la investigación y/o de la reflexión teórica.
  • Correspondencia de la argumentación y/o de la evidencia empírica con la fundamentación de las hipótesis que se sostienen.
  • Uso y actualidad de las fuentes de información.

Se solicitaba también que se especificara si el trabajo era publicable, publicable condicionado o rechazado, y se describían las implicaciones de cada una de estas opciones para la calificación (MLL, 2018).

En el momento en que se dio la división entre el proceso académico y el proceso editorial de la Revista, les tocó a los directores ocuparse del contenido y al Departamento de Publicaciones del proceso editorial. Sobre la parte académica, Luna Ledesma explica:

La línea editorial, que en buena parte se expresa en la formulación del perfil de la Revista, buscó enfatizar la importancia de la calidad y el rigor académicos, y a la vez subrayar algunos de los propósitos originales de la RMS que nos pareció importante preservar, como ser un foro abierto a las diversas corrientes de pensamiento social; tener un carácter internacional y una vocación regional latinoamericana, y contribuir al avance del conocimiento sociológico y enriquecerlo en la interacción y el diálogo con otras disciplinas.

 

En cuanto a los artículos publicados en el periodo, los temas y problemas abordados fueron muy variados, pero podría decirse que en buena medida se refieren a fenómenos o procesos sociales de México y América Latina, y a discusiones teóricas, elaboraciones conceptuales o debates metodológicos propios del campo de conocimiento. Por la frecuencia de palabras clave de los trabajos publicados, pueden identificarse los siguientes temas recurrentes: democracia, participación política y gobernanza; movimientos sociales, conflicto y protesta; pobreza, desigualdad y juventud; sociología del trabajo, desigualdad salarial, segmentación laboral y género; violencia y seguridad ciudadana; ecología, sustentabilidad y gestión de recursos naturales; urbanización, ruralidad y desarrollo territorial; xenofobia, discriminación y estigma, y hubo varios trabajos sobre la teoría sociológica de Pierre Bourdieu.

 

Los temas de mayor interés de los lectores, de acuerdo con fuentes que contenían el texto íntegro de la Revista en la red, fueron: la sociedad rural, la pobreza, la migración, la participación, la violencia y la justicia (MLL, 2018).

En relación con el proceso de edición, la doctora Luna Ledesma apunta:

En las tareas relacionadas con la producción de la Revista fue fundamental el apoyo y colaboración de la entonces editora asistente Rosalba Carrillo Fuentes. Y es de señalarse que al menos por lo que se refiere al periodo que nos ocupa, se requirió de la acción coordinada y comprometida de varios departamentos y personas que, además de cumplir con otras actividades ajenas a la Revista, intervenían en su producción y difusión, en el cuidado de la calidad editorial, en la gestión de sus contenidos, en el diseño y otras tareas especializadas. En particular fueron personas clave la entonces jefa del Departamento de Publicaciones, Berenise Hernández Alanís, y el personal de este departamento que trabajó en la confección de la Revista en formato impreso y en su transición al formato digital. Son los casos de María Antonieta Figueroa Gómez, Cynthia Trigos Suzán, David Monroy Gómez y Angélica Nava Ferruzca, sólo por nombrar a quienes estaban más directa y cotidianamente implicados. También en diferentes momentos colaboraron becarios, entre ellos Erick Arceo y Lorena Cruz.

 

En virtud de que la producción de los números de la Revista en tiempo y forma fue un requisito indispensable para ingresar y permanecer en varios de los directorios y fuentes que indizaban la Revista o que incluían el texto completo, la puntualidad tuvo muy pronto que alcanzarse. Si bien ya existían las condiciones y experiencia para la producción del formato impreso, pues de hecho la publicación desde su fundación en 1939 no era siempre puntual pero nunca se interrumpió, el mayor reto lo representó el formato digital, que no solamente requería del aprendizaje de nuevos lenguajes y la capacitación en nuevos procesos, también se tenía que lidiar con cambios tecnológicos acelerados que hacían muy pronto obsoleto el conocimiento apenas aprendido. La colaboración, las iniciativas y la disposición de los miembros del Departamento de Publicaciones relacionados con la producción de la Revista fueron imprescindibles para este logro (MLL, 2018).

La Revista Mexicana de Sociología es la más antigua en su género en América Latina. A la mayoría de sus directores les ha tocado organizar un número especial y una serie de eventos académicos para celebrar sus sucesivos aniversarios. Como ya lo indicó Perló Cohen, a él y a Luna Ledesma les tocaron los festejos por sus 75 años de publicación.

Como parte de la celebración del 75 aniversario de la Revista, en 2014 se publicó un número especial dedicado a la memoria de Elinor Ostrom (1933-2012), coordinado por Leticia Merino, y en 2015 se publicó un suplemento con las reflexiones vertidas por especialistas en una mesa redonda celebrada en noviembre de 2014, sobre el futuro de las revistas de ciencias sociales, en la que desde diversas posturas se reflexionó sobre las implicaciones, las oportunidades, los dilemas y los problemas que enfrentaban las revistas científicas, las de ciencias sociales en particular.

 

El número especial incluyó la publicación de la conferencia de recepción del Premio Nobel de Economía de Ostrom, con el título “Más allá de los mercados y los Estados: gobernanza policéntrica de sistemas económicos complejos”. Este trabajo es de gran importancia no solamente por la ocasión en la que se pronuncia sino también porque delinea la trayectoria intelectual de Ostrom desde finales de la década de los años cincuenta y destaca las aportaciones de su obra; aportaciones que tienen un enorme valor tanto teórico y metodológico, como para la construcción de políticas y acciones civiles relacionadas con el manejo de bienes comunes, como la biodiversidad, los bosques, el agua, los cultivos o la fauna.

 

Es de señalarse que además de su relevancia para las ciencias sociales, la obra de Ostrom tiene especial interés para México, donde buena parte de sus recursos se encuentra en territorios propiedad de comunidades indígenas y campesinas que, como se destaca en varios de los trabajos contenidos en este número, tradicionalmente han sido marginadas y empobrecidas. De hecho, Ostrom mantuvo en su vida un estrecho contacto con México y de manera especial mantuvo vínculos con el IIS y la misma RMS.

 

A través de su obra, y frente a la ortodoxia, Ostrom promovió el diálogo y un debate siempre atento a escuchar y entender diferentes teorías y métodos. También promovió el diálogo multidisciplinario e interdisciplinario, y buscó influir en el campo de las políticas públicas. En concordancia con estos principios, los autores de este número especial provienen de diversas disciplinas, como la biología, la ecología, la antropología, la historia o la economía, y varios de ellos buscaron influir en el terreno de las políticas públicas con una marcada influencia de las teorías desarrolladas por Ostrom.

 

Los trabajos, que discuten las aportaciones de Ostrom desde diversas perspectivas, fueron revisados por un grupo de lectores y, a partir de las recomendaciones de éstos, por los propios autores. Para ello se consideraron y se buscó un balance entre los criterios de calidad académica y editorial correspondientes a las normas editoriales de la Revista y los propios propósitos del número especial.

 

Con objetivos muy distintos, el suplemento por su parte estuvo integrado por textos breves y reflexiones críticas originalmente presentadas en una mesa redonda, ya mencionada, sobre el futuro de las revistas académicas en el entorno de la revolución digital, un entorno que, se consideró, estaba cambiando la forma en que se produce y circula el conocimiento, así como los parámetros desde los cuales se evalúa la investigación académica. Además de la presentación elaborada por el entonces director del IIS, Manuel Perló, se incluyeron cuatro textos elaborados por Roger Bartra, Philip Oxhorn (entonces director de la Latin American Research Review), Antonio Sánchez Pereyra (coordinador de SciELO-México) y miembros de su equipo editorial, y otro por mí misma. Desde diferentes perspectivas, estos textos dan cuenta de la importancia de la RMS en el ámbito de las revistas de ciencias sociales, pero también del desafío que representa para éstas recuperar su labor crítica y promover el debate (MLL, 2018).

Durante sus primeros años de existencia, los criterios de rentabilidad económica eran muy importantes para medir la proyección de la RMS, debido a que el número de ventas de la versión en papel era sinónimo del impacto de la publicación por cantidad de lectores. No obstante, en la medida en que la versión electrónica se fue convirtiendo en medio principal de consulta, los parámetros numéricos se convirtieron en el reflejo del impacto académico de la Revista:

No había ningún criterio de rentabilidad económica, no al menos en lo que corresponde a la dirección de la Revista. Por el contrario, como antes se mencionó, la RMS, con el apoyo de la dirección del IIS, se adhirió a la filosofía del acceso abierto, e incluso hubo de resistir las presiones del modelo comercial impulsado por grandes empresas transnacionales de servicios editoriales y de información, que sin duda contribuían a afrontar algunos de los retos de carácter técnico de la revolución digital, pero que contravenían la filosofía que inspiraba el acceso abierto, y cuya presión ya empezaba a generar movimientos de resistencia de comunidades académicas de diferentes disciplinas y partes del mundo por diversas razones. Entre ellas, las enormes ganancias que obtenían de las instituciones públicas que podían pagar sus servicios; su comportamiento abusivo en la prestación de sus servicios; las controversias que suscitaban con respecto a los derechos de autor y el control de los procesos editoriales; el carácter excluyente y discriminatorio de sus bases de datos, y fomentar la utilización del llamado factor de impacto basado en citas como criterio de calidad académica.

 

De otra manera, quizá podría decirse que sobre el criterio de rentabilidad económica de la Revista pesaba más sin duda el propósito de alcanzar mayores niveles de visibilidad y acceso a través de las plataformas disponibles para ello, y desde luego pesaba el propósito de mantener un buen nivel académico de las contribuciones. Todo ello en el marco de los recursos humanos, técnicos y financieros a los que era posible acceder entonces.

 

Aunque no era un ámbito del que se ocupara la dirección de la Revista, se puede decir que había tres fuentes principales de financiamiento: el propio presupuesto del Instituto, JSTOR y el Conacyt. Posteriormente este organismo, siempre y cuando la Revista se mantuviera en su Índice, cambió el apoyo financiero por algunos servicios (MLL, 2018).

En septiembre de 2017, Miguel Armando López Leyva se convirtió en el décimo director del Instituto de Investigaciones Sociales, con la propuesta de una visión académica en la que se recuperaran los debates sobre los temas de nuestro tiempo, nacionales y globales, que abarquen los asuntos de la coyuntura política, económica y social y los campos de conocimiento que coexisten en el Instituto, con la idea de que es esencial que se establezca un ejercicio de discusión colectiva que permita ordenar más claramente las perspectivas teóricas y metodológicas, con una visión prospectiva.

Esto se ha ido concretando en un proyecto en el que se deben acompañar las tendencias actuales de las ciencias sociales y dar una mayor proyección pública al quehacer del cuerpo académico de la institución, a través de su presencia en diversos espacios de comunicación (López Leyva, 2018).

En cuanto a lo primero, se han establecido mecanismos para definir los temas que deben formar parte de una agenda de investigación en ciencias sociales y se han reforzado aquellas áreas donde se encuentran en la actualidad los estudios de frontera, como innovación tecnológica, conflictos urbanos, seguridad pública, gestión gubernamental y medio ambiente. En cuanto a lo segundo, se ha desarrollado una importante política de difusión que ha permitido que la opinión de los investigadores del IIS sea cada vez más contemplada en los medios de comunicación tradicionales y en las redes sociales.

Dentro de este proyecto, López Leyva concibe a la Revista Mexicana de Sociología como un mecanismo fundamental para fomentar el debate académico, ya que a través de ella “[se] impulsa la discusión de los grandes problemas nacionales e internacionales de la coyuntura y [se] promueve la reflexión sobre el desarrollo del conocimiento” (López Leyva, 2018).

La doctora Yolanda Meyenberg Leycegui asumió la dirección de la Revista Mexicana de Sociología en 2015, durante los últimos años de gestión de Perló Cohen y los primeros de López Leyva. Ella concibe su paso por la coordinación de la Revista como el tiempo en que se consolidó la versión digital, lo que implicaba definir una serie de estrategias orientadas a mejorar la calidad, visibilidad e impacto del formato electrónico.

Cuando asumí la dirección de la RMS, lo más importante era atender todas las exigencias relacionadas con la consolidación de la versión electrónica, que ya se había venido impulsando desde varios años atrás. La versión electrónica de las revistas académicas abre un importante espacio de oportunidad para darles mayor visibilidad y acceso. En la medida en que la versión en papel se va reduciendo en tiraje, la versión digital permite a un mayor número de lectores tener acceso inmediato a los artículos, que pueden ser consultados en versiones amigables desde muy distintas bibliotecas virtuales (Yolanda Meyenberg Leycegui (YML), 30 de noviembre de 2018).

Estas ventajas también han traído consigo nuevas responsabilidades y la necesidad de nuevos conocimientos que permitan a todas las personas involucradas en la definición de los contenidos y en las labores editoriales asumir estos retos con las herramientas adecuadas.

En el caso de la RMS, Cynthia Trigos Suzán y María Antonieta Figueroa Gómez habían impulsado el proyecto de una página web para la Revista y me pareció prioritario concretarlo. Estrenamos la página en Joomla con un diseño muy cuidadoso que contribuyó a reforzar la buena imagen de la RMS y permitió a los lectores acceder a los artículos con amplias bondades de navegación. En esta página se puede consultar la RMS a partir de los números publicados en el año 2011.

 

Además de la página de la Revista, la Dirección de Fomento Editorial de la UNAM administraba un portal de las revistas de la Universidad en el que podían ser consultadas a través del Open Journal Systems (OJS). A partir de 2017, la RMS asumió la responsabilidad institucional de hacerse cargo de sus acervos y de tener al día sus bases de datos. Esto ha significado la necesidad de una capacitación constante para los editores asistentes y para los becarios del Instituto, con el fin de que se pueda cumplir con estas nuevas tareas (YML, 2018).

El impulso de las versiones electrónicas de las revistas especializadas y su incorporación a los índices de citación y a las bibliotecas digitales ha sido una prioridad dentro de las políticas de Conacyt. Esto ha demandado la definición de una serie de procedimientos que le permitan a la RMS cumplir con estos requisitos y mantener su permanencia en el Índice de Revistas Mexicanas de Investigación Científica y Tecnológica.

La importancia que ahora se otorga a la versión electrónica de las revistas demanda el desarrollo de nuevos espacios de difusión, de la infraestructura adecuada para el almacenamiento de la información y de la creación de instrumentos para la sistematización de datos que permitan medir su impacto académico. En 2016 recibimos un apoyo de Conacyt para la digitalización del acervo de la Revista, lo que nos permitió construir un archivo virtual que abarca desde sus inicios en 1939 hasta 1975; toca ahora terminar esta labor para que la RMS pueda poner a disposición de los lectores toda su colección bajo el esquema de acceso abierto (YML, 2018).

Desde 1993, año en el que Natividad Gutiérrez Chong asumió la dirección de la RMS, se han emprendido una serie de iniciativas para fomentar y mejorar su posicionamiento nacional e internacional. Y en la última década se han redoblado los esfuerzos en este sentido.

Uno de los mayores esfuerzos de los directores que me han precedido ha sido fomentar la visibilidad de la versión electrónica de la RMS y procurar su participación en los índices internacionales de mayor prestigio; 2012 fue un año muy importante para ese propósito, pues a partir de entonces dio inicio el proceso de cooperación con Fomento Editorial de la UNAM para la operación conjunta de los procesos de administración de contenidos a través de Open Journal Systems. En ese mismo año se aceptó el ingreso de la RMS a la base de datos Scopus, y además se firmó un convenio con la biblioteca virtual JSTOR, que permite la consulta en línea de los números completos de la RMS, de 1939 a la fecha. En 2004 la RMS ingresó a la Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe (Redalyc) y en 2003 se inició el acuerdo de gestión editorial con Scientific Electronic Library Online (SciELO-México).

 

A mí me ha tocado mantener al día todo este esfuerzo e impulsar la capacitación de todas las personas involucradas en la confección de la versión electrónica y en su actualización en las distintas plataformas en las que se publica (YML, 2018).

Además de su visibilidad en plataformas electrónicas, la proyección de la RMS se ha dado a través de su participación en ferias nacionales e internacionales, en congresos y a partir de la organización de foros de discusión.

La Revista Mexicana de Sociología se presenta año con año en la Feria Internacional del Libro de Minería y en otras ferias que se organizan en distintos estados del país. En el ámbito internacional, me tocó participar en el encuentro que promovió el entonces director de Latin American Research Review, Philip Oxhorn, en 2016. El encuentro fue en Nueva York, en el marco del Congreso de LASA; su propósito era servir como un foro de intercambio de revistas latinoamericanas de distintas áreas de conocimiento y fomentar la creación de una red de directores. Como resultado de este encuentro, el perfil de la Revista formó parte de la publicación LASA 2016 Journals Information Session.

 

Otra de las actividades importantes para incorporar a la RMS al debate sobre el presente y el futuro de las revistas científicas ha sido la participación de sus editores asistentes, Rosalba Carrillo y Erick Arceo, en el seminario de la Red de Directores y Editores de Revistas Académicas y Arbitradas, que es un foro en el que se comparten experiencias, se definen líneas de política editorial, se discuten criterios de evaluación y se establecen esquemas de cooperación (YML, 2018).

Todos los directores han coincidido en considerar al comité editorial de la Revista como un espacio privilegiado donde se definen sus líneas editoriales, sus procesos de evaluación, sus contenidos.

El comité tiene una composición multidisciplinaria e interinstitucional. Todos sus miembros, además de gozar de un amplio prestigio y reconocimiento en sus disciplinas, han mostrado un compromiso con las tareas asignadas y su disposición a participar en las decisiones que competen al perfil y a los contenidos de la Revista.

 

Las reuniones trimestrales del comité avalan la calidad académica de la Revista Mexicana de Sociología, al ser el espacio en el que se discuten y deciden todos estos aspectos que acabo de mencionar. Allí se evalúan uno a uno los artículos que llegan a la RMS y se decide en forma colectiva si serán enviados a dictamen. El trabajo colegiado del comité le permite al director tener la certeza de que en las decisiones que se toman en torno a la Revista prevalece un criterio de imparcialidad (YML, 2018).

La definición de la política editorial de una revista especializada es un proceso complejo en el que intervienen varios factores. Meyenberg Leycegui expresa al respecto:

Existen muchos criterios que le otorgan un carácter especial a una revista como la RMS, como ser el reflejo de las diversas disciplinas y corrientes de pensamiento social, a la vez que ofrecer una visión sobre las tendencias académicas del momento. Otro punto que considerar es la reflexión de la historia reciente, que debe ser registrada en una revista de ciencias sociales. Una de las constantes de la RMS ha sido el énfasis que se ha puesto en la publicación de investigaciones sobre América Latina. Además, desde sus inicios, la RMS ha tenido la tradición de incluir reseñas de libros que ofrezcan a los lectores un panorama de la literatura actual en las distintas áreas de conocimiento social (YML, 2018).

A lo largo de su historia, la RMS ha sido objeto de un buen número de análisis y de evaluaciones, tanto internas como externas.

Las evaluaciones nos permiten saber cuáles son nuestras fortalezas y cuáles son nuestros puntos débiles. Durante la dirección de Matilde Luna Ledesma y con motivo del 75 aniversario de la Revista, el equipo de SciELO-México hizo un estudio a partir de índices bibliométricos, que ha servido como referencia para las decisiones de política editorial que se toman desde entonces. Las evaluaciones de Conacyt y los acuerdos que se toman en la Red de Editores han sido también valiosos insumos para ir refinando procesos internos, normas editoriales, formatos de dictaminación y estrategias de proyección de la RMS (YML, 2018).

Las recomendaciones de las instituciones evaluadoras, como Conacyt, han influido también en la manera en que se conforman las revistas, como en el número de artículos que se publican y el carácter temático de su contenido.

Cuando llegué a la dirección de la RMS, el tiempo promedio de publicación de los artículos era de dos años; esto, en parte, obedecía a que se publicaban cinco artículos por número, siguiendo la sugerencia de Conacyt de recortar su volumen. Pensé que se podía llegar a una solución en la que se agilizaran los tiempos y a la vez se mantuviera un tamaño razonable, y puse a la consideración del comité la posibilidad de aumentar a siete el número de artículos, que son los que se publican en la actualidad.

 

Otra de las políticas adoptadas ha sido publicar números con una sola temática sólo en casos excepcionales, cuando hay acontecimientos que merecen una reflexión colectiva al respecto, como los sismos de 2017. En este caso, el director del Instituto me pidió consultar al comité sobre la preparación de un número especial sobre el tema, siguiendo una tradición inaugurada tras el sismo de 1985. El número especial contó con las contribuciones de expertos de distintas disciplinas y se presentó el 19 de septiembre de 2018 (YML, 2018).

Una de las recomendaciones para las revistas de investigación científica fue instituir procedimientos que permitieran dar visibilidad a todas sus etapas de elaboración y publicación.

Pensé que era necesario protocolizar una serie de procesos internos que tenían que ver con la recepción de los artículos, su distribución a los miembros del comité editorial para predictamen, la asignación de dictaminadores y la definición de calendarios de los artículos aprobados para publicación.

 

Estos protocolos nos han permitido un mejor orden en el trabajo del día a día y la sistematización de nuestras bases de datos internas. Por ejemplo, nuestro padrón de dictaminadores se ha actualizado, se ha ampliado y se ha organizado por áreas de conocimiento, lo que nos ha permitido mejorar el proceso de revisión de pares, así como agilizar los tiempos de evaluación y publicación de los artículos (YML, 2018).

La división entre el proceso académico y el proceso editorial de la Revista requiere una comunicación constante y fluida entre las dos áreas, para lograr que su publicación mantenga los estándares de calidad y puntualidad que la han caracterizado.

Detrás de la publicación de cada número de la RMS está un delicado proceso académico que pasa por muchas facetas, que van desde la recepción de los artículos hasta su publicación. El editor asistente, que en su momento fue Rosalba Carrillo y ahora es Erick Arceo, hace una primera criba de acuerdo con la concordancia del texto con el perfil de la Revista, el cumplimiento de las normas editoriales y el porcentaje de originalidad. La directora o el director de la RMS distribuye los artículos que cumplen con este filtro entre los miembros del comité editorial para un predictamen, y si éstos lo consideran pertinente se envían a un dictamen, cuyo seguimiento le corresponde al editor asistente con la supervisión a la directora o el director de la RMS. Los que resultan dictaminados de forma positiva con comentarios o de forma condicionada son enviados a los autores para correcciones y la versión definitiva es revisada por la directora o el director para un visto bueno final. Con los artículos revisados se va formando cada número de la Revista, que además cuenta con una sección de coyuntura y otra de sugerencias bibliográficas.

 

Una buena parte de responsabilidad en este proceso la tienen los editores asistentes y desde 2014 los becarios adscritos a la Revista. Quiero hacer un reconocimiento y expresar mi agradecimiento a Rosalba y a Erick por su gran ayuda y compromiso con la RMS y también a nuestros becarios: Lorena Cruz, Gonzalo García y Yessica Moraflores.

 

A la parte académica le sigue una parte editorial. A mí me ha tocado trabajar con Berenise Hernández y con Virginia Careaga para coordinar el proceso, que va desde la entrega de los artículos que serán publicados en cada número hasta el envío de la RMS a imprenta. Creo que con una muy buena comunicación, poco a poco, hemos logrado atender las demandas del Departamento de Publicaciones en cuanto a la pulcritud y los tiempos de entrega de los materiales. Con esto hemos logrado tener listos con anticipación los números en formato impreso, pero también que aparezcan de manera muy oportuna en las bibliotecas virtuales. Quiero agradecer el trabajo profesional y la mejor disposición de todos los miembros del Departamento que intervienen en la publicación de la RMS: David Monroy Gómez en la revisión de estilo, Cynthia Trigos Suzán en el diseño de la portada y de los cambios en la página web, María Antonieta Figueroa Gómez en la elaboración, el marcaje de las versiones electrónicas y en la administración de nuestra página web, y Angélica Nava en la formación de la Revista (YML, 2018).

En los 80 años de existencia de la Revista Mexicana de Sociología, los directores del Instituto y con los directores de la RMS han programado números especiales y han organizado eventos académicos. Esto marca los distintos momentos en que la Revista ha sido reflejo de lo que es materia de investigación en las distintas disciplinas que forman parte de las ciencias sociales.

Siguiendo la tradición de celebrar los cumpleaños emblemáticos de una revista tan longeva como la RMS, en 2019 festejaremos un aniversario muy importante. Para ello, el director del IIS y yo decidimos que se publicara un número que fuera el testimonio de la historia de la Revista desde su origen, a partir de las remembranzas de las personas que han tenido un papel protagónico en su concepción, su permanencia, sus transformaciones y su concepción a futuro. Quiero agradecer también a quienes han dado respuesta a esta convocatoria a compartir sus experiencias, porque son ellos y ellas las que están haciendo posible construir esta importante y necesaria retrospectiva (YML, 2018).

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D. R. © 2015. Universidad Nacional Autónoma de México-Instituto de Investigaciones Sociales.
Revista Mexicana de Sociología. México, D.F. ISSN: 0188-2503/15/07704-02.